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Dormí largo y tendido esa noche, hasta que me despertaron ruidos de motos afuera de mi casa, después hubo una lluvia de piedras en mi ventana, así que con el pelo enmarañado y cara de zombie me levanté a ver cuál era el escándalo.

Afuera estaban los chicos de la Toman, con grandes sonrisas, abrí la ventana para preguntar qué rayos hacían hasta que mi vista reparó en un oso más grande que mis ganas de despertar.

–¿Pero qué rayos…?

–¡Feliz cumpleaños Ronin! –gritaron a coro los capitanes.

Me sonrojé violentamente y solté una carcajada.

–¡Hanako! Es el cumpleaños de Hanako – dije sacando medio cuerpo por la ventana– El cumpleaños de Ronin es el 3 de Agosto.

Los chicos se miraron entre ellos y soltaron una risa cómplice.

–¡Feliz cumpleaños Hanako! –rectificaron.

Bajé a toda prisa, en pijama y todo a recibir a mis compañeros, un poquito tarde me di cuenta que los amigos de Takemichi estaban ahí. Fue definitivamente una sorpresa para ellos pero a mí no me importaba para nada.

Recibí el peluche de manos de Angry, era gracioso porque el peluche era mucho más grande que él.

–Fuiste de chismoso, ¿Verdad Souya-kun?

–Probablemente.

–Está bien ¿Quieren pasar chicos? ¡Desayunemos juntos!

Los chicos bajaron de las motos y pronto hubo un gran bullicio dentro de mi casa, mis padres estaban sacados de onda, pero estaban felices de conocer a mis amigos.

Ahí supieron muchas cosas, como que era parte de la primera división, que había ayudado a salvar a Draken y como me había deshecho del grupo de Kiyomasa, así como la dura batalla que di en el Bloody Halloween.

Mis papás se veían asombrados y un poco escandalizados, pero ya estaban ligeramente acostumbrados, en Roppongi no era tan diferente.

–¿Hacías esto con Rindo-kun y Ran-kun? –preguntó mi mamá.

–Mmm… No realmente –sonreí abrazando con fuerza el peluche– En Roppongi peleaba con chicas.

Fue un desayuno alegre y totalmente caótico, los chicos de Mizo aún no se creían que era una chica, aunque realmente no lo escondía. Makoto y Yamagishi no dejaban de boquear, eran los más descarados y con las hormonas a tope del grupo así que ahora se daban cuenta de la cantidad de obscenidades que habían dicho frente a mi.

Me reí en sus caras un largo rato, fue bastante gracioso. 

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Por la tarde, cuando ya todos se habían ido llegaron Emma, Hina y Yuhuza a verme, me sentí muy emocionada, sobre todo porque al mismo tiempo llegaron los regalos de Rindo y Ran.

Se veían regalos caros y eso me estremecía un poco, solían gastar dinero como locos, así que con temor pero animada por las chicas abrí los regalos.

El regalo de Ran era un vestido negro sencillo pero de buena marca, así como un collar bastante caro con un dije en forma de estrella, con piedritas rosas incrustadas.

–¡Eso se ve muy caro! –dijo Hina con la mirada brillosa por la emoción, pero muy sorprendida.

–Sinceramente no quiero saber en cuánto salió eso, seguro me deprimo –soltó Emma con una risita.

–Yo tampoco quiero saber –dijimos Yuzuha y yo al mismo tiempo, al darnos cuenta nos miramos y sonreímos.

–¡Ahora el otro! –exclamó Emma.

Le poison sur ses lèvres.Where stories live. Discover now