Capítulo 19

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A que dijeron!
No soy tan mala. 

Pov sae-byeok.

Presione con más fuerza las heridas de Eun-ji, pero no dejaban de sangrar con intensidad, su pecho dejó de moverse y ella dejó de respirar, me acerque a su nariz y boca verificando que ya no se movían.

-Mierda, por que eres tan estúpida carajo! - grite apretando su pecho como primeros auxilios.

-Sae-byeok - me tomo de los brazos gi-hun.

-Déjame! - grite comenzando a llorar más fuerte.

No pude hacer más que abrazarla.

Las puertas se abrieron dejando entrar a cuatro guardias con una caja, se trataron de acercar para quitarme el cuarpo.

-Alejense, No toquen a mi novia! - grite amenazandolos con el cuchillo.

Uno de los guardias me jalo desde atrás quitándome de la cama y entre los otros quitaron el cuerpo de Eun-ji metiendolo en la caja. Me sometió en el suelo mientras lo único que podía hacer era llorar mientras pedía que la dejaran en paz.

-Lo siento tanto - me dijo gi-hun cuando los guardias se fueron dejándonos de nuevo.

Lo mire y no pude evitar llorar, el solo me hizo compañía , jamas me había sentido así, sentía que una parte de mi ya no estaba.

La hora de dormir se pasó muy lenta, solo miraba aquella cama y mi corazón se rompía, su sangre estaba ahí, ella estaba ahí, se sentía como una tortura interminable.

-sae-byeok, aliemonos para el siguiente juego-me pidió gi-hun.

-Yo - fue lo único que dije.

-Solo así podremos contra el-señaló a sang-woo.

Y recordé sus palabras, todo esto era culpa de cho sang-woo.

-Nos dividimos el dinero y nos largamos de este lugar- dijo mirando la bola de cristal.

-Quiero irme a casa gi-hun - dije mirando a la nada.

-Yo también sae-byeok - me dijo.

No pude dormir, solo miraba aquella cama y mis manos con sangre, me dolía. Las luces se prendieron y nos llevaron a aquel patio dándonos las instrucciones, era el mismo en donde habíamos jugado luz roja y luz verde .

El mismo en donde conocí a Eun-ji, en donde la ayude a pasar la línea de meta. El último juego era el juego del calamar, nosotros estaríamos en posición de ataque y sang-woo en defensa.

-Ya no queremos jugar - dijo gi-hun.

-Eres un imbécil gi-hun! - le grito sang woo a gi - hun tratando de acercarse, pero el guardia levantó la mano deteniendo a sang woo. - Yo no quiero irme, esta apunto de acabar y no me voy a ir sin el dinero-grito.

-Eso no se puede - dijo el enmascarado.

-dijeron si la mayoría ya no quiere jugar, se pueden ir, ninguno de los dos quiere jugar - nos señaló el mismo.

El enmascarado se alejo un poco a hablar por su radio y después regreso y bastante calmado hablo.

-Bien, petición aceptada - No tardaron en abrir las puertas nuevamente y nos sacaron, caminamos por aquel lugar con las escaleras coloridas, el ambiente estaba tenso, nos desnudaron y vistieron con otra ropa con los ojos tapados y las manos y pies atados como la primera vez, nos metieron en el mismo auto.

-Los felicito de igual modo por llegar  tan lejos, no muchos lo logran, debo decir aún que se rindieron al final- dijo una persona en aquél auto.

-Quien eres? - preguntó gi-hun.

Pude oler el mismo humo y desperté en el suelo en una calle, una anciana me ayudó despertandome y desatandome. Vomite una tarjeta y me levante como pude. Fui a un banco y revisé la tarjeta, aun estaba medio desorientada.

0067 era la contraseña .
El depósito de la tarjeta era la mitad del premio del juego.

No comprendo nada.

Creí que cuando te salías del juego, no te daban nada del premio, si no el dinero iba para los muertos solamente. Camine por las calles de seoul solitarias y obscuras , era bastante tarde ya, me senté en un parque que estaba totalmente solo, había un árbol de cerezo muy grande, una de sus flores cayó en mi mano, seguido de una gota de agua. Me desborde llorando.

-Eun-ji, tengo el dinero, pero, no se que debo hacer ahora - dije para el aire, respire profundo limpiando mis ojos con fuerza.

Odio llorar.

Este juego me dejó más jodida de lo que podía estar, me quito lo poco que tenía y me importaba.

𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒏𝒅 𝑰 | KANG SAE-BYEOK squid game. Onde histórias criam vida. Descubra agora