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—Más, más, jungkook ¡Oh, dios mío! —Jimin gimió

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—Más, más, jungkook ¡Oh, dios mío! —Jimin gimió.

—¡Oh, Jimin! Eres tan apretado —mordió el pezón de su acompañante.

—Me encanta, cuando me lo haces duro.

—Jimin —llamo.

—Mmm s~i.

—¿Cuando dejaras a Yoon Gi?

—Pro~nto. Mmmm justo ahí, dame más duro, Jungkook.

Aunque intentaba callar sus gemidos, no podía, Jungkook se lo hacía tan bien, duro como a él le gustaba.

—Jungkook.

—Mierda, te vez tan lindo, gimiendo mi nombre.

—Ah mmm necesito más, duro.

—Me encantaría que Yoongi, nos encontrará, y así nos evitaríamos explicaciones.

—¡Cállate! Y sigue, dándome, duro.

Unas cuántas estocadas más y se vinieron, juntos.

—Eres increíble en el sexo, JungKook.

—¿Mejor que mi hermano?

—Por supuesto.

Yoongi llegaba a casa, después de que su jefe le dio el día libre, le compro un gran ramo de girasoles, las favoritas de su esposo. Escucho ruidos provenientes de la planta de arriba, subió las escaleras, corriendo.

Escucho cada palabra dicha por su esposo, y hermano. Él siempre pensó que su matrimonio, era perfecto, y no le faltaba nada a Jimin, pero que equivocado estaba.

Tomó el pomo de la puerta, antes de abrir a su mente, vinieron todos aquellos bellos momentos que paso con su esposo, desde el primer día que conoció a Jimin quedó cautivado, por su belleza y se dejó engañar por las apariencias, dos meses llevaban de novios, cuando Yoongi le pidió matrimonio. Nunca terminas de conocer a las personas.

Al abrir la puerta, lo primero que vio, fue a Jimin, siendo penetrado por Jungkook.

Un sollozo escapó, ya no podía seguir reteniendo el llanto.

Jimin de inmediato se sentó en la cama

—Yoongi, amor ¿No es lo que tú crees?

—¿Ah, no? Escuché todo.

Se supone que su esposo, lo ama.

—Que bueno, hermanito, así nos evitamos explicaciones, dale el divorcio a Jimin, así podremos casarnos.

—¡Cállate, Jungkook! —grito asustado.

—Dile la verdad, Jimin.

—¿Cuál verdad?

—Que no lo amas, me amas a mi.

—Aja —se comenzó a reír, Yoongi, era una risa falsa.

—¿De que te ríes?

—Jimin, no ama a nadie, no es la primera vez que me engaña, lo he encontrado con treinta hombres, y siempre lo perdone.

Seguía llorando de tristeza, y a la vez de rabia.

—¿Qué? —pregunto Jungkook, confundido.

—Yoongi, perdón. No lo volveré hacer, pero perdoname.

—Esta vez...no estoy dispuesto a perdonarte, todo se acabó Jimin.

—Yo te amo.

—Una persona que ama, no lástima.

Jimin torpemente se puso, los pantalones.

—Perdón —sollozo.

—Quiero el divorcio, me das asco, no quiero seguir casado con una persona, como tú.

Jungkook se vistió, y se marchó dejando a la pareja discutiendo, por un momento pensó que Jimin era diferente.

—No eres la persona, que pensé.

—Perdón...

—Me haces daño, y luego te arrepientes, ya no tiene caso que lo intentes.

Golpeó la pared de coraje. Jimin no dijo nada, le aterraba la idea de alejarse de Yoongi.

—Hablaré con mi abogado, sobre el divorcio.

Qué sucede cuando, las cosas no salen como las planeas, Jimin pensó que Yoongi lo volvería a perdonar.

—Yoongi —susurró.

—Mandare alguien por mis cosas, te puedes quedar con la casa.

Con los ojos llorosos, se acercó a su esposo y lo abrazó fuertemente, por primera vez tenía miedo.

Yoongi, apartó a su esposo y salió corriendo de la habitación, ya no aguantaba más, si se quedaba más tiempo, sabía muy bien, que era capaz de perdonar de nuevo, a Jimin.

Conduce a toda velocidad, sin rumbo. Jimin aprenderá la lección, y por el resto de su vida experimentará lo que era, soledad.












(Espero que les haya, gustado la historia. Capítulo Único. Es algo que se me ocurrió, mientras escuchaba la canción de Mientes, de Camila.

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