XVII

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〰🔺la diversión apenas comienza🔺〰

[Este capítulo contiene escenas explicitas]

Taehyung miró distraídamente el rosal frente a él, admirando el rojo intenso de los grandes pétalos que lo adornaban.

Intentaba distraerse mientras Jungkook se mantenía ocupado en la habitación "especial", como él mismo la llamaba. Por alguna razón, no dejó que Taehyung entrara junto con él, pero el pequeño tenía total confianza en el pelinegro, así que no le dio mucha importancia.

Aprovechó el clima en el que la nieve estaba por derretirse y el frío era más húmedo, cuando las rosas comenzaban a asomarse de la nieve y sus oscuros pétalos anunciaban que el invierno estaba por acabar.

Estaba fascinado por aquella rosa frente a él; todas las rosas en el rosal eran hermosas, pero aquella era simplemente la mejor. Sus pétalos, por alguna razón, brillaban más que el resto, y sus grandes espinas eran tan puntiagudas y largas que podrías cortar tu piel con solo rozarlas.

Aquella rosa era hermosa, así que arrancó otra rosa de aquel rosal, una no tan llamativa para no dañar su preferida, y teniendo en la mano a la rosa un poco más pálida, la miró unos minutos antes de quitar pétalo por pétalo.

Desde niño le gustaba quitar los pétalos a las flores, cualquier flor. Era emocionante la sensación que recorría su estómago al mirar los hermosos colores caer sobre el suelo y cantar una bonita canción que le recordaba a su abuela.

—¿Te diviertes? —aquella voz profunda lo hizo sonreír y miró la expresión neutra del pelinegro que se encontraba tras él, mirándolo, mejor dicho, observándolo.

Jungkook miró la sonrisa del menor y su mirada se detuvo en sus manos, donde se encontraba aquella rosa casi sin pétalos. A los pies del castaño se encontraban todos los pétalos esparcidos por doquier.

El pelinegro formó una sonrisa al mirarlo ahí, parado, asintiendo y sonriendo como un pequeño. En su mirada no había malicia, y eso al más alto le pareció bastante tierno.

—Acompáñame al cuarto especial —pidió extendiendo su mano a Taehyung, el cual la aceptó sin dudarlo un poco, y ambos caminaron a dicha habitación.

—Creí que no podía entrar a esa habitación —mencionó confundido al mirar al pelinegro un tanto emocionado.

—Sin duda ya estás listo, este es nuestro último paso para nuestro amor, bebé —contestó con una sonrisa, y Taehyung sonrió de vuelta porque su expresión le pareció muy contagiosa.

Caminaron un poco más hasta toparse con la peculiar puerta, y entonces Jeon se adelantó para poder abrirla.

La sonrisa de Taehyung cayó brutalmente, su cuerpo se tensó y palideció notablemente mientras miraba la escena delante de él. Jungkook sonrió con un semblante demasiado divertido y se acercó de nuevo al castaño.

—¿Esperas invitación? Él ya está muerto —extendió su mano para que el menor la tomara, pero solo recibió una mirada aterrada.

—¿Qué-qué es esto? —sus manos temblaron ante la mirada penetrante del pelinegro, quien seguía con aquella sonrisa.

—Te lo explico adentro, es una muy buena historia, pero no la sabrás si no entras ahora —habló, y su voz cambió notablemente. Taehyung habría sabido que se trataba de una amenaza si no hubiera estado tan concentrado en pensar en lo que debía hacer.

Jeon lo tomó por la cintura y acercó su rostro al suyo para poder persuadirlo de una forma suave, pero si se ponía terco, no dudaría en usar la fuerza bruta.

—Al terminar esto, quiero estar todo el día contigo —volvió a hablar el pelinegro—. Solo entra rápido ahí y saldremos lo antes posible—. Lo jaló hacia él para hacerlo caminar, y entonces, con pasos lentos e inseguros, Taehyung entró en aquel lugar junto a Jeon.

El olor en el lugar era un poco asfixiante; aunque no era vomitivo, el olor a azufre era demasiado fuerte y la imagen frente a él lo asustaba demasiado. Miró a Jungkook, quien miraba al hombre sobre la mesa con total orgullo y alegría, como si estuviera totalmente emocionado de verlo. Aquello hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo y dio un paso atrás, tratando de esconderse detrás de Jungkook de aquel hombre sin vida.

—Acércate, que no muerde —Jungkook giró hacia el de cabello castaño y lo empujó por la espalda hasta dejarlo a un costado del cuerpo.

Taehyung miró el cuerpo de cerca y su garganta se apretó al querer llorar. No conocía al hombre, tampoco era algo que importase, porque se trataba de una vida humana; mirar a una persona así era simplemente triste. Y la persona que se atreviera a hacer algo como eso era una persona repulsiva y enferma.

Y lo confirmó al mirar las marcas en el cuerpo: su cuello morado con una fina línea donde brotaba un poco de sangre; gran parte de su cuerpo contaba con grandes moretones de color púrpura y algunos incluso verdes. Su boca se encontraba abierta, al igual que sus ojos, y de su nariz salía sangre.

—Aunque algunas veces el cuerpo se mueve estando aún sin vida, es algo increíble —volvió a hablar el pelinegro con aquella peculiar y enfermiza sonrisa—. Pero solo pasa en pocas ocasiones —terminó de decir y se dirigió hacia una mesa que se encontraba atrás de Taehyung. En la habitación se comenzaron a escuchar los sonidos metálicos que provenían del baúl que se encontraba en las manos de Jeon.

El pelinegro tomó un cuchillo delgado y lo suficiente afilado para lo que seguiría.

—Ya me quiero ir —informó Taehyung con la voz rota, sin dejar de ver el cuerpo frente a él.

—Nos iremos pronto, bebé —con una mano, Jungkook tomó el costado de la cintura del castaño, logrando asustarlo con aquel toque, pero aun así, él lo sostuvo con fuerza y acercó su boca al oído contrario, asegurándose de que el más bajo escuchara correctamente—. La diversión apenas va a comenzar —su voz golpeó directamente el oído de Taehyung en un tono profundo y electrizante que hizo que sus piernas temblaran.

Fuera lo que fuera que estuviera a punto de pasar, Taehyung estaba seguro de que no sería nada bueno... ni sano.

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Gracias por leer❤
Pronto subo el próximo capítulo ✌😉

The Painter. -Kookv [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora