Pequeña hermana

Capitulo 6

Desde hace una semana Aome se quedaba en una de las habitaciones que había en el templo del dios Hades.
Todos en el Inframundo ya lo sabían, muy pronto el Inframundo tendría una nueva reina, y en el Olimpo los rumores comenzaron a correr.

Hades: Hace tiempo que no te veo... Persefone. - hablo mientras entraba a la sala del trono - ¿Qué te trae por aquí?
Persefone: Sólo vine a saludar.
Hades: ¿Que quieres?
Persefone: Se han empezado a correr ciertos rumores por todo el Olimpo.
Hades: Supongo que fue Zeus, despues de la última vez que vino.
Persefone: ¿Nueva reina?
Hades: La verdadera.
Persefone: ¿Cómo lo sabes?
Hades: El Oráculo me lo dijo.

Para Hades no pasó desapercibido la sorpresa en el rostro de Persefone.
Pues era claro que ella sospechaba que era mentira y que estaba al tanto de que ella había hablado con el oráculo años atrás.

Persefone: Escucha Hades. - soltando un largo suspiro - a pesar de todo te quiero, y no tengo nada en contra de Aome, pero... Si la conviertes en tu reina, no dejes que Zeus le entregué esa perla maldita.
Hades: ¿Por qué? - preguntó con notable curiosidad - incluso tu la custodiaste un tiempo.
Persefone: Tu no controlas a la perla, ella te controla a ti. Se perfectamente que Aome es el claro ejemplo de luz y oscuridad, pero no dejes que se acerque a la perla.

Después de intercambiar unas cuantas palabras, Persefone se fue, dejando al dios Hades aún con más dudas sobre la perla, la misma Aome había dicho que algo dentro de dicha joya le pedía ayuda.

Se dirigió a los Elíseos, desde que Aome estaba en su templo, le gustaba ir todos los días, le gustaba estar con ella, y estando en su templo, ni Hypnos ni Thanatos llegaban a buscarla.

Aome: Señor Hades, bienvenido. - recibiendolo alegremente - ¿Necesita algo?
Hades: No Aome, ven conmigo por favor. - tomándola de la mano - Necesito que me digas exactamente qué fue lo que la perla te dijo. (Sentándose)
Aome: Bueno... Ese día escuché como decía mi nombre. - tomando asiento a lado de él - despues... Comenzó a pedirme ayuda, dijo que era la única que podía ayudarla o ayudarlo, no se distinguía bien la voz, y cuando reaccioné usted estaba frente a mi.
Hades: Entiendo?
Aome: ¿Le estoy cansando problemas?
Hades: No, no es nada de eso.

Aome se sorprendio, pues Hades se recostó en su regazo mientras la abrazaba, ella se tenso por un momento, pero inmediatamente después se relajó y comenzó a acariciar su cabello.

No podía mentir, al principio, cuando era niña, sentía una gran admiración por el dios Hades, pero esa admiración se convirtió en algo aún más fuerte.
Le gustaba estar con él, le gustaba que fuera el mismo Hades quién le pidiera algo.

Hades: Mañana iremos al templo submarino.
Aome: ¿Puedo preguntar a qué iremos?
Hades: Tengo que hablar de algo con Poseídon, y quiero que vengas conmigo.
Aome: Como diga señor Hades
Hades: Sólo llámame por mi nombre, no me gusta que me digas señor.
Aome: Pero.....
Hades: Un día gobernaras todo este lugar conmigo, serás mi reina, no es necesario que me hables con tanto respeto.
Aome: Mi señor Hades. (Apenada)
Hades: Vamos progresando.

Aome se dió cuenta de que el dios Hades tenía los ojos cerrados, no sabía si estaba dormido o solamente estaba meditando sus palabras.
Pero en cuanto lo vio abrir los ojos, supo que no estaba dormido, y que todo lo que le había dicho era plenamente consciente de lo que significaba.

Hades: Quiero dormir un poco.
Aome: Entonces lo dejaré para que vaya a su habitación.
Hades: No, sólo... Sólo quedate así.

......

Hypnos: ¡Tú lo sabias! (Molesto)
Kher: Yo no lo sabía. - hablo con notable molestia - soy la diosa del destino, sin embargo no tengo nada que ver con el destino de los dioses.
Thanatos: Pero nuestra madre te la dijo.
Kher: Ella no me dijo nada. Pero nunca imaginé que nuestra hermana logrará cautivar al señor Hades.
Hypnos: No lo digas en ese tono.
Kher: Ay por favor, Aome ya vive en el templo del dios Hades, un día de estos va a terminar dándonos órdenes.

Kher, la diosa del destino, hermana menor de Hypnos y Thanatos, pero hermana mayor de Aome, había visitado a los dioses gemelos, pues ella se dió cuenta de que la perla de Shikon había reaccionado de manera diferente el día que Aome nació, por ese motivo había hecho que Kykyo se pareciera a su hermana, pero ahora, la perla había vuelto a reaccionar de la misma manera.

Thanatos: Si sólo viniste a molestar entonces...
Kher: En realidad vine a decirles que alguien interfirio en la perla... Otro dios.
Hypnos: ¿Otro dios?
Kher: Reaccionó ante este díos, pero de manera diferente.
Thanatos: ¿De que manera?
Kher: De la misma manera que reaccionó el día que Aome nació.
Hypnos: ¿Desde cuándo?
Kher: Hace una semana.
Thanatos: No es cierto. - hablo con sorpresa - hace una semana Aome fue al mundo mortal con el señor Hades.

Días después

Kykyo había estado cuidando de Onigumo en esa cueva, Aome la había visto, pues había ido a verla en más de una ocasión, incluso sin que el dios Hades lo supiera.

Fue entonces cuando Aome se dió cuenta de los cuidados de Kykyo para ese criminal.
Había pensado en presentarse ante ella y decirle que lo dejará, pero el único, o más bien, la única diosa que podía intervenir en el destino de los mortales era su  hermana Kher.

Hades: ¿Puedo saber a qué has estado yendo al mundo mortal?
Aome: Mi señor Hades. - sorprendiendose al verlo frente a ella - yo...
Hades: Aome... - suspirando - No estoy molesto contigo, pero no me ocultes las cosas, cuando quieras ir sólo dímelo y te llevaré o enviaré a alguno de los jueces contigo. Últimamente Zeus anda por todo el mundo mortal haciendo de las suyas, y parece que le agradas, no es bueno que te vea sóla.
Aome: Entiendo.
Hades: Ven acá. - dijo mientras la abrazaba - dejaría que me quitarán todo, menos a ti.

Los dioses gemelos observaban va la lejanía la interacción entre su pequeña hermana y el dios Hades, sólo era cuestión de tiempo para que se anunciará que el Inframundo tenía una nueva reina.
Pero eso no era lo que les daba miedo, no, ellos presentían que algo malo podía pasarle.