𓏲 𝗱𝗲𝗲𝗽 𝘄𝗲𝗯. hyunin ᰔᩚ

𝙏𝙬𝙚𝙣𝙩𝙮 𝙛𝙤𝙪𝙧 𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧.

❝Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Hwang Hyunjin.❞

—¡Devuélveme a mi mocoso, Hyunjin!

Seo y Kim estaban a unos metros de atraparlos.

Hyunjin siguió caminando con rapidez perdiéndose entre la gente, Jeongin apretaba su mano con fuerza, no quería irse.

—¡Detente ahí, Hyunjin! La manzanita es nuestra. —Kim seguía corriendo detrás de ellos, sus gafas de sol habían caído al suelo.

El mercenario gruñó ignorando los gritos del escandaloso de Kim, soltó una gran maldición cuando se vieron interceptados por los dos hombres de Seo en una esquina solitaria. Estaban acabados.

—Jinnie...no otra vez. —Susurró el pelirrosa aferrándose al cuerpo del tatuado, Hyunjin le correspondió de la misma forma. Nadie le arrebataría a su pequeño ángel de nuevo, primero se los lleva al infierno antes de que lo toquen.

—Eres mío para la eternidad, Yang Jeongin. No te dejaré ir.

—Vaya, vaya. —El empresario llegó al lugar seguido de Seungmin quien tenía una encantadora sonrisa en su rostro, cínicamente saludó al pelirrosa. —Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Hwang Hyunjin.

—Oh, Seo. Me vale verga si querías verme o no, ni siquiera te recordaba hasta hoy. —Soltó duramente ganándose la risa de Kim Seungmin, Hyunjin apretó la cintura de Jeongin cuando notó que se acercaba.

—Ni te atrevas a ponerle una puta mano encima, Kim. Te juro que te haré que te tragues tus propias bolas, traidor hijo de perra.

—Eres un grosero, Hwang. —Respondió Seungmin pasándose una mano por las hebras rojizas, Changbin seguía observando la escena seriamente. —Hola, Woojin. ¿Debería decir que es un gusto volver a verte?

Woojin se tensó observándolo de reojo, estaba detrás de Hyunjin mientras en su mano escondía el arma.

—No lo es para mí, traidor.

—¿Traidor?—Kim rió encantadoramente acercándose todavía más a los tres chicos. —Sólo miré a otros horizontes.

—Dejen sus mariconadas cursis para después. —Expresó Changbin con frustración, sólo quería llevarse al mocoso y follarlo duramente.

Hyunjin sintió la agitada respiración de Jeongin en su cuello, algo andaba mal en ello.

—Jinnie hyung...—Susurró aún escondido entre su cuello, Seo observaba fríamente la manera en la que el mercenario tocaba a lo que consideraba suyo.

—Hey, muñequito. ¿Qué mierda sucede? —Le cuestionó mirándole a los ojos, Jeongin se aferró a su camiseta para evitar caer al suelo. Hyunjin lo sostuvo firmemente de la cadera mientras observaba el estado deplorable del chiquillo. —Jeongin, háblame.

—Kim, ve por él.

El rojizo asintió dando pequeños saltitos al acercarse, irradiaba felicidad cínica por doquier. Woojin de inmediato le apuntó con la arma temblando un poco pero seguro de lo que hacía, los dos hombres de Seo apuntaron al moreno instantáneamente. No habría forma de salir vivo.

—Suelta esa arma, niño. Sabes que saldrás tiroteado por mis dos hombres. —Habló el empresario duramente dedicándole una penetrante mirada, Kim esbozó una mueca de aburrimiento.

—Jinnie, n-no puedo...—Logró articular el pelirrosa sintiendo nuevamente el aire escapar de sus pulmones, el mercenario lo tomó del rostro obligando a que lo mirase. —Está sucediendo...de nuevo.

—¡Ajá! ¿¡Y planeas dispararme aquí? ¿Olvidas que hay gente? Tu fachada de empresario santo se caerá. —Mencionó Woojin balbuceando sin dejar de apuntarle al caníbal.

Seo apretó su mandíbula con enojo y se quitó las gafas que poseía.

—¿Crees que van a creerte a ti, desgraciado? Te buscan por asesinato y ese imbécil de ahí está muerto legalmente. —Le dijo con ironía sin dejar de observar como la arma temblaba entre sus manos, sonrió con aires de superioridad mientras a su lado Kim estaba ansioso por quitarle a Hyunjin lo que quiere. —En cambio, yo soy un exitoso empresario y Kim es el dueño de un famoso restaurante. Puedo decir que ustedes dos quisieron secuestrarme a mí también justo como lo hicieron con el mocoso.

—Jeongin, cálmate. Mírame a la cara, amor.

El mencionado observó a Hyunjin con sus ojitos cristalizados, a pesar de tener las manos del mayor en su rostro no lograba calmarse. No con el miedo que sentía.

—No te dejaré ir. Joder que no. —Lo interrumpió con brusquedad besándole en los labios sin importarle que estaba a nada de morir por Seo. —Naciste para ser mío, Jeongin.

—¡Tráelo aquí, Kim!—Gritó Seo harto de la palabrería, el pelirrojo se acercó a la pareja.

—No vas a tocarlo.

—¿Quién dice que voy a tocarlo a él?— Respondió coquetamente trazando líneas imaginarias en el pecho del tatuado, Hyunjin le sostuvo de la muñeca con fuerza distrayendose en la acción. —Ups.

Seungmin aprovechó la oportunidad para atraerlo consigo y golpearle en al abdomen con la rodilla, los dos hombres de Seo rápidamente se acercaron tomándolo de los brazos.

—¡Carajo, Kim! ¡Déjalo!—Le gritó Hyunjin furioso intentando librarse del fuerte agarre de los hombros, por un momento logró golpearles a los dos en el rostro pero de inmediato lo atraparon antes que al sollozante Jeongin.

—Hey, manzanita. Dame la mano. —Pidió Kim mordiéndose el labio conteniendo sus ganas de reír, abrió su boca impresionado cuando vió al menor. — ¡Wow! ¿Esto no te parece un déjà vu?

Jeongin soltó pequeños quejidos al no poder respirar de manera adecuada, estaba sufriendo al ser preso una vez más de un ataque de pánico.

Woojin seguía paralizado, el arma estaba en sus manos pero Seo le apuntaba con otra muy cerca.

—Manzanita deliciosa, sabes que soy impaciente.

—Por favor, s-sólo...yo no puedo..

—¿No puedes respirar? ¡Lo hubieras mencionado antes!—Exclamó con falso enfado agachándose a la misma altura que Jeongin en el suelo. —¡Te pasaré respiración boca a boca!

—¡Déjalo en paz! ¡Mierda, Kim! ¡Ya basta! —Los gritos desesperados de Hyunjin hicieron que Seo se girara a verlo con ligera impresión.

Woojin no resistió ver más la escena, era desgarrador ver como Hyunjin luchaba desesperadamente por safarse del agarre. Desesperado por no ayudar. Sus ojos vagaron en Jeongin, él también sufría siendo víctima del ataque de pánico. Tenía que ayudar.

Y ayudó jalando del gatillo.