𝓛𝓮𝓰𝓪𝓬𝔂 || The Originals/Elijah Mikaelson

𝐀𝐭𝐢𝐜𝐨

Emma llevaba conjunto que incluía una blusa negra con una chaqueta roja de cuero, unos pantalones negros algo rotos, unos tenis oscuros y tenía el cabello algo rizado. Estaba en el ático de la Iglesia Saint Anne, de dirija a ver a Davina, una amiga a la cual Marcel y ella habían salvado hace unos pocos meses. Abrió la puerta y la bruja se levantó de la cama para abrazarla y lo hizo, aunque pareció que más bien se avalansceo sobre ella, la pelinegra sonrió y se rio junto con Davina.

-Brujita, también me alegra verte.

-Perdon.-*se disculpo la adolescente

-No hay problema, Dav.-*aseguro Emma

- ¿Que tal todo en Nueva Orleans?

-Normal, brujas psicópatas controladas, vampiros nuevos, turistas sexis.-*dijo lo último con diversión para molestar a la joven bruja

-Ahg,no empieces, Emm.-*se quejo Davina

-Solo decía.-*menciono levantando las manos y sonriendo con inocencia

-Y tu? ¿Ningún chico lindo?-*le pregunto chocando con su hombro de broma Davina

-No. Ahora... ¿quieres aprender un truco genial?-*quiso saber Emma

-Si!!-*exclamó como niña y la mayor río

Se sentó en la cama y rompió un cojín con su garra, ya que, levemente la convirtió, al ser híbrida controlo el cambio, solo cuando activo la maldición no, ya que es parte de la naturaleza. Davina frunció el ceño pero no dijo nada, luego vio como cerro los ojos unos segundos como si buscará concentración, luego vio las plumas de la almohada que anteriormente había roto flotar, sonrió sorprendida por aquello tal como lo disfrutaba, era hermoso. Luego flotaron al rededor de la adolescente, como un aura, luego con su magia la híbrida, creo unas luces, como si fueran luciérnagas y las pudo al rededor de Davina como anteriormente lo hizo con las plumas; era hermoso, ciertamente hermoso.

[En el recinto]

La hija adoptiva de Marcel caminaba por el recinto, apenas había llegado, habían pasado varias desde que fue a ver a Davina, también había ido a Rousseau's. Algunos vampiros la voltearon a ver, la conocían bien, algunos más novatos y jóvenes, no sabían bien quién era. Era hermosa, claro no se metían ni enrollaban con ella ya que sabían que si lo hacían Marcel los mataría, o los convertiría en Diurnos. Era de noche, había llegado, había viento, las luces de colores y la música abundan el recinto, ya era media noche,y como era de costumbre los vampiros se empezaron a alimentar. Ya estaba acostumbrada, después de todo había vivido más de 20 años con vampiros, así que se subió las escaleras con normalidad y se acomodo al lado de Marcel quien miraba.

-¿Vas a comer?-*pregunto la loba

-Ya lo hice. -*respondió con normalidad*- ¿Dónde estabas?

-No hagas el papel de papá celoso y sobreprotector, ya me basta con Diego y Thierry.-*se quejo volteando su cabeza levemente mirándolo de reojo

-Estan bien.-*acepto y puso su brazo por los hombros de su hija la cual recargo su cabeza en su hombro*- ¿Que tal te fue hoy?

-Bien. Hace falta al padre Kirean en la ciudad.-*murmuró con melancolía la híbrida

-Si lo se.