De la amistad al amor

Patty

Verano de 1907

Han pasado tres años desde que Candy llegó a Londres, tres años en dónde creció más la amistad de los rebeldes, ambos niños se encontraban disfrutando sus últimos días en Escocia, pronto regresarían a la cárcel como lo llaman los niños, a los dos les daba lo mismo siempre y cuando estuvieran juntos.

- Oye Candy - Le dijo Terry mientras acariciaba la melena rubia de la niña, Candy se encontraba recostando su cabeza en las piernas del castaño

- Si Terry- Fue la respuesta de Candy mientras abría sus ojos cuál esmeralda envidiaría

- Pensaba en que te gustaría hacer cuando lleguemos a Londres

- Bueno....la verdad hemos hecho de todo Terry....pero....¿A qué viene esa pregunta?- Le pregunto Candy mientras se levantaba para mirar a los ojos al castaño

- La verdad ni yo mismo se Pecosa....pero solo se que me gusta tu compañía, sabes estos tres años han sido los mejores de mi vida

- Igual para mí la vida es mejor desde que te conocí, sabes eres con él único que pudo ser yo

- Bien entonces estamos a mano, pecosa ya que eres la única que me aguanta todo... niña hermosa.- Le dijo esto mientras le daba un pellizco al cachete de Candy

- Oye deja en paz mi mejilla-Dijo Candy con fingido enojo, la verdad a ella no le molestaba tal contacto

- No quiero y no te voy a dejar de tocar las mejillas... sabes que me gustan mucho- Eso lo dijo con una sonrisa de medio lado

- Ash, siempre terminas ganando, sabes que no te puedo negar nada - Dijo mientras se cruzaba de brazos

- Jajaja, cuando te enojas se te notan más las pecas - Eran las risas del castaño, que se escuchaban por todo la villa de Grandchester

-   No te burles de mi Terrence- Está vez Candy ya estaba enojada

- Ya mi monita Pecosa- Dijo Terry abrazando a Candy- Sabes que me gusta hacerte enojar, te vez adorable cuando te enojas

- Terry...- La niña se quedó sin palabras, en su mente decía en fin siempre hace lo mismo sabe cómo hacer enojar y como ponerme alegre de golpe, la niña correspondió el abrazo del niño

Los niños eran ajenos a las personas que los observaban, ambos padres miraban la escena con una radiante sonrisa.

Una semana después

El colegió San Pablo siempre después de regresar de las tan merecidas vacaciones parecía más sombrío Candy suspiro recargada en una de las pilas de aquel internado

- Me pregunto si Terry estará en la colina- Eran los pensamientos de Candy- Será mejor que lo averigüe, la pecosa se encamino rumbo a la bella colina, al llegar al lugar efectivamente pudo comprobar que aquel niño de ojos azules tan profundos como el mar se encontraba en ese lugar, leyendo "Romeo y Julieta", aquel libro que la mamá de Terry le regaló a sus seis años, se acercó al niño y lo saludo

 - Hola Terryto- El castaño cerro de golpe el libro y se abalanzó a la rubia para hacerle cosquillas.

- Candice te he dicho que no me digas así - Candy por su parte se retorcía de la risa, sabía que a él no le gustaba que le digan así

- Ya..jajaja..Terry... jajaja.. para... jajaja..- Candy como pudo también logro hacerle cosquillas al castaño

- Te dejo de hacer cosquillas, pero déjame de decir TERRYTO- 

-Está bien está bien no te llamaré así - Dijo Candy de golpe, Terry dejo de hacerle cosquillas y miro la cara sonrojada de la niña, trago grueso por la forma en la que estaban Terry estaba encima de Candy, la respiración de ambos era entrecortada a causa de la risa, Terry como resorte se levantó y ayudo a su amiga pecosa hacer lo mismo, le extendió la mano lo cual Candy acepto con gustó