Juicio

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Los Ardley pronto regresaron a su casa, Aurora y Candy fueron revisadas por el médico de la familia a pesar de no tener algún signo de violación o alguna señal de herida, Albert quería asegurarse que estaban bien, lo única recomendación del doctor fue que las rubias descansarán.

Albert cuidaba de Aurora y Terry de su Pecosa, ninguno de los dos quería despegarse ni un momento de sus amadas, al igual que los hermanos de Candy no querían dejar por un momento solas a su madre y hermana, la felicidad había vuelto en los Ardley, pero aún faltaba una cosa y eso era dar el tiro de gracia a esas escorias de la sociedad.



Dos días después el juicio fue llevada a cabo, había testigos, pruebas más que continentes para hundir a Miller y Legan, el juicio fue largo, pero el resultado fue positivo, la sentencia fue dura, ambos pasarían el resto de sus vidas en una prisión, Arnold trato de salir limpio alegando que todo fue obra de Sarah, pero no esperaban que sus más fieles empleados declararán en su contra y para sospresa de Arnold su propia esposa declaró a favor de los Ardley

Maldita mujer...- Trato de atacar a la que un  día fue su esposa

- Orden en la sala... Guardias sujeten a ese hombre- Fue de forma enérgica que grito el juez mientras daba fuertes martillazos

- Nunca más viviré en tú sombra esposó...- Decía sin temor- Soporte muchos años por mis hijos, pero NO MÁS...Ante toda la corte desenmascaro a la horrible persona que tuve como esposó, por si no sabías yo también estudie en San Pablo, solo que mi familia se mudo a otro país, sabía que te gustaba Aurora, pero me equivoqué al creer que la habías olvidado, no fue hasta que descubri que estabas obsesionada con ella cuando encontré estás cartas y este diario...- La mujer mostró esto como pruebas las cuales undian más al hombre

Y en cuanto a esa mujer...- Dijo mientras con la mirada señalaba a Legan- No diré más, no soy mujer de insultos, respeto un juzgado, solo diré que esa mujer necesita un manicomio...- Dijo esto para terminar su declaración... Le dolía, pero más le dolía nunca a ver sido correspondida, por una parte envidiaba a la señora Ardley, pero entendía que no era culpa que su exesposo se encaprichara con ella, recordó que en su tiempo de colegio ella se llevaba muy bien con Aurora, todas reconocían que era hermosa, pero más que eso su forma de ser, esa carisma que tenía con todos se ganó el cariño de todas sus compañeras, obviamente sabían que Sarah odiaba a Aurora, la envidiaban por tener la atención de William, pero todas sabian que era en vano intentar algún acercamiento con él patriarca.

El juicio duro tres días debido por la cantidad de pruebas, todos los cabos se estaban uniendo, a la final por votación unánime del juzgado ese miércoles 4pm sería recordado como el cierre del infierno de Aurora, el juez ante todos dió a conocer el veredicto final

- La corte ha declarado a él señor Miller y la señora Legan culpables, por lo tanto tendrán que cumplir una larga cadena, Sarah trato de burlar a la policía, e  intento agarrar un arma con el objetivo de acabar con esa ramera

- Sueltenme déjenme acabar con esa maldita... Tú eres la causante de mi desdicha, por tú culpa me podrire  en la cárcel.... Crees que engañas a todos con esa cara de miren soy una santa, no eres más que una mosca muerta, lo único que ocasiones es desastre por dónde caminas, mírate por tú aspecto todos enloquecen- Aurora ya no escuchó más Albert ordenó que la sacarán de la sala a Sarah se le había acabado su cordura, tal y cómo dijo la ex esposa de Miller, Sarah pasó su vida en un manicomio, eso fue hasta que ella logrará escapar, pero  su libertad no duró mucho, al encontrarse en su estado fue  vendida a unos hombres de mala muerte a la final termino trabajando incansable mente, apenas con las fuerzas para vivir continuaba de sol a sol, pero cuando su cuerpo no dió más fue lanzada a los lobos, simplemente fue devorada viva por ellos. De la que fue una vez una altanera mujer terminó pagando con su vida de la forma más horrible.

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Sueltenme... Déjenme en paz malditos, no saben con quién se están metiendo...- Gritaba él hombre aún no podría creer que todo su mundo se convirtió en un infierno, de hacer y deshacer las cosas a su antojo ahora era una vil piltrafa en su mente maldecia a su enemigo le deseaba todo el mal existente, mientras él gozaba de poder tener a una increíble mujer en su lecho, en cambió él era lastimado, humillado, lo colgaban de cabeza, lo azotaban y no conforme con eso lo sometían a trabajos que nunca imagino hacer y para rematar lo obligaban a ser la puta de esos mal nacidos como él los sabía llamar, vivió durante muchos años con el mismo trato, el curso siguió y aquel reo murió de muchas enfermedades que contrajo debido al estado en que se encontraba luego de 30 años de ser torturado, pero a pesar de estar muerto aún lo seguían torturando a la final en una esquina de ese inmundo lugar su cuerpo se descomponía junto con otros que se creían intocables, aquellas personas que se creían importantes solo por tener dinero.
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Por medio de George, Albert sabía que no tendrían que nunca más volverse a preocupar por esas alimañas, nunca leyó todo el infierno que vivieron esos dos, solamente quería borrar ese capítulo amargo que una vez le arrebato la felicidad... Ahora se encontraba en casa lejos del peligro y creando más recuerdos en ese lugar que lo vio crecer, entrelazando la mano con su esposa corrieron descalzos sintiendo la hierba ser acariciados por sus pies atrás de ellos lo seguían sus 4 hijos, en aquella colina cubiertos por la sombra de ese gran árbol que tenía grabado los nombres de los esposos, la vida siguió su curso y Aurora volvió a tener su vida tal y cómo era antes, sin la necesidad de esconderse y tener miedo de salir al mundo.

Continuara....

De la amistad al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora