Díez

1.3K 109 17
                                    

Wonwoo hubiera estado muy complacido de llevarse la ropa limpia y doblada y marcharse a casa al final del día. Había salido de la oficina para mirar las sesiones, se alteró al ver que Ama Bettie había vuelto a coquetear con Mingyu. Se puso tan pálido que Seokmin y Soonyoung se asustaron, y Mingyu le ordenó que regresara al sofá.

Sintiéndose exhausto y débil, regresó sin protestar. Tampoco dijo nada cuando Mingyu lo llevó a su apartamento. Esperaba que lo invitara a su cama, pero en su lugar, lo dejó frente a su edificio y le dijo que descansara.

Mingyu era amable y considerado, no le había ordenado nada desde el sábado por la noche y Wonwoo sintió que las cosas habían cambiado. No tenía idea de cómo había ofendido al fotógrafo y no sabía cómo recuperar lo perdido.

Wonwoo tenía clase al día siguiente, así que no iba a ir al estudio. Esperaba que Mingyu lo llamara al móvil, pero este permaneció en silencio todo el día, excepto por un mensaje de su hermano.

Esa noche, cuando estaba solo en su pequeño, frío e incómodo apartamento, con ese muelle que saltaba del colchón y se le enterraba en las costillas, lloró hasta quedarse dormido.

Mientras tanto, las cosas iban viento en popa para Soonyoung. Había llevado a Seokmin a su casa el sábado por la noche, reconoció el esfuerzo del joven por mantener una conversación con él. Cuando Seokmin lo invitó a pasar a tomar una taza de café, aceptó y lograron entenderse muy bien. Soonyoung se sentía optimista. Pero al notar que Wonwoo había vuelto a su personalidad antagónica y Mingyu estaba distante y malhumorado se preocupó de inmediato.

Después de la prometedora atmósfera del sábado por la noche y la ternura con la que Mingyu había cuidado del chico cuando estaba herido, Soonyoung no podía entender qué había salido mal. El problema no era asunto suyo, por lo tanto se prometió a sí mismo investigar hasta llegar al fondo del asunto. Luego lo arreglaría.

Era un dominante, pero también era el presidente de una larga y exitosa corporación, y este era un claro ejemplo de cuando había una disputa entre empleados. O algo así, pensó con una sonrisa. Todas las analogías eran perfectas.

Decidió confrontar a Wonwoo primero, el chico era inexperto y obviamente se sentía confundido, por lo tanto lidiar con él sería más fácil que con Mingyu. Soonyoung no era su dominante, pero no dudaba de ser capaz de hacer que el chico se doblegara ante él. Literalmente.

Después de ver cómo Wonwoo se encogía de hombros y le contestaba mal a Seokmin, Soonyoung sintió aún más necesidad de entrometerse. Nadie le hablaba mal a su chico. Aunque técnicamente, Seokmin no había dicho que sí todavía, tenía grandes esperanzas.

Esperando a que Mingyu estuviera distraído en una sesión, Soonyoung se dirigió a la cocina. Mingyu había rechazado todas las sugerencias de usar a Wonwoo en las tomas de ese día y por lo tanto el chico había vuelto a su función de ayudante. Soonyoung pensó que quizás, como las tomas eran con pantalones cortos, Mingyu no quería que el trasero de Wonwoo estuviera expuesto, pero fuera cual fuera la razón, el chico estaba concentrado en sus funciones, limpiando las encimeras de la cocina.

—Hola, Wonwoo. ¿Qué tal está tu cadera? —preguntó Soonyoung con gentileza.

—Bien —respondió cortante. Ni siquiera se giró para mirarle.

Esto tendría que remediarse, el chico no era su sumiso, pero era un sumiso y Soonyoung un dominante. ¡Era momento para que el chico aprendiera que había modales en este mundo!

—¡Chico! —dijo Soonyoung con autoridad, con una voz que emanaba poder.

Wonwoo lo miró inmediatamente, sus ojos reflejaban confusión. Soonyoung señaló al suelo y automáticamente y sin pensarlo, Wonwoo se arrodilló con las manos detrás de la espalda, preguntándose qué le había forzado a obedecer.

UMF - MeanieWhere stories live. Discover now