Vía Pública 🔞 Bajifuyu

Metro

“Por la avería de la línea 9 del metro, la línea 6 esta más concurrida de lo habitual. Sentimos las molestias y tengan precaución en los vagones. Gracias por su atención”

Baji gruño molesto al escuchar el anuncio de la telefonía en aquel vagón de metro tan apretado. Maldito el día que decidió ir en metro a Shinjuku a mirar una pieza para su moto. El vagón estaba tan lleno que podría ser una lata de conservantes. Hacía mucho calor, la gente se pisaba o se daba codazos y todo era muy molesto. Tuvo un pensamiento fugaz que, si solo tuviera una barra o un palo, podría golpear a todos y tener un poco de paz:

-Baji-san ¿quieres cambiarte por mí? Tal vez estes más cómodo…

El capitán de la primera división de la ToMan miro hacia delante, donde a escaso centímetros estaba su vicecapitán, Matsuno Chifuyu:

-No hace falta, solo ocúpate de no ser engullido por la gente o morir estrujado.

El rubio sonrió un poco mientras intentaba quitarse las gotas de sudor que le resbalaban por el cuello. Llevaba la chaqueta de la Toman puesta a diferencia del pelinegro que había optado por quitársela antes de entrar en el metro. Hacía demasiado calor allí dentro y su cuerpo empezaba a sudar con el calor que también le daba la chaqueta:

-Ojalá poder quitarme la chaqueta, voy a morir de calor.

En aquel fatídico intento de que Chifuyu se quitara su uniforme, Baji tuvo que molestar a la gente de su alrededor que se quejaron de que parara de moverse. Se solucionó rápido cuando el peli negro alzo la voz que si alguien tuviera un problema con él se lo dijera en la cara. Al final el vicecapitán opto por dejarse la chaqueta abierta para no montar tanto alboroto. Todavía le quedaban un buen rato en el metro hasta llegar a su parada y caminar a su edificio.

En un momento el metro giró un tanto brusco y los pasajeros se movieron incomodos en la curva. Chifuyu corto la poca distancia con su capitán cuando cayo encima de el contra su pecho y este lo agarro por la espalda:

-Idiota, agárrate bien o te caerás.

-Lo siento Baji-san.

El rubio se dio la vuelta y le dio la espalda al capitán. Aquello estaba bastanteo feo, pero él en ese momento no podía mirar a su capitán porque se había puesto muy nervioso por ese agarre. Baji observo como las orejas de Chifuyu empezaban a tornarse rojas, siempre le ocurría cuando se ponía nervioso, se molestaba o simplemente se excitaba. El capitán se rio y bajo un poco su cabeza hasta que sus labios casi rozan una de las orejas coloradas del rubio para susurrar::

-Chifuyu ¿no me digas que te has puesto nervioso al tocarme? Como si fuera la primera vez que me tocas…

Notó perfectamente como el cuerpo del mas bajo se tensaba en solo un segundo. Sus pequeñas orejas se turnaban más rojas y encogía los hombros. Baji le dio una pequeña lamida a la pequeña oreja y seguido le dio un mordisquito:

-¡Baji-san! Aquí…

-Nadie nos está viendo o prestando atención Chifuyu. - volvió a susurrar el capitán para erguirse de nuevo y mirar desde un plano alto a su vicecapitán.

Orejas rojas, hombros encogidos, gotitas de sudor y estaba empezando a temblar. Esas eran las señales de que aquel chico estaba excitado.  Baji no iba a dárselas de maleducado y no acudir a la llamada de “socorro tócame “que emitía el cuerpo de su vicecapitán. 

Colocó sus manos en la cintura de aquel chico para cortar definitivamente la distancia entre los dos y depositarle un pequeño beso en el pelo para bajar y morderle el cuello por detrás. El rubio emitió un pequeño sonido ante la sorpresa de su capitán, suficiente para que el peli negro escucharlo y animarse a tocarlo más. Movió una de sus manos lentamente hacia una de las nalgas y la apretó fuertemente. Chifuyu se mordió el labio, busco con la mirada a gente que los estuviera viendo, pero no se topó con ningunos ojos curiosos. La otra mano de Baji se coloco estratégicamente muy cerca de la zona más erótica del rubio. Quedaría de mentiroso si el peli negro no admitiera que también se estaba excitando al tocar su compañero de división. La mano que anteriormente ocupaba una nalga ahora complacía a las dos. Mientras que la otra, había bajado más y empezaba a acariciar disimuladamente el miembro por encima de la tela del pantalón:

-Baji-san no puedo…- susurró Chifuyu con una respiración cada vez más pesada.

“Por supuesto que no puedes” fue lo que pensó el capitán cuando empezó a notar un calor brotar de la zona del miembro del rubio.  Baji gruño cerca de la oreja de Chifuyu, quito su mano del agarre de las nalgas para esta vez cogerlo de nuevo de la cintura para pegarlo bruscamente contra él, específicamente contra su miembro que estaba despertando debajo de su ropa. Restregó a la cadera d Chifuyu contra él, mas específicamente el culo del rubio contra su miembro cada vez más despierto. La otra mano, que no había sido olvidada por ninguno de los dos, agarró fuertemente el miembro del rubio provocando un gemido más alto que los otros anteriores:

-Mierda Chifuyu. - gruño el peli negro mientras escuchaba respirar agitado al vicecapitán.

De repente este último se movió ante todo y se dio la vuelta para quedar de frente con su capitán. Al igual que Baji sabía donde tocar al rubio para encenderlo, Chifuyu sabía como hacer que su capitán perdiera completamente el control con él. Lo miró con esos ojos verdes acuosos, con las mejillas encendidas al igual que sus orejas y la boca húmeda. Su pecho baja y subía torpemente mientras que su temperatura era elevada. Le echo una mirada fugaz al peli negro para luego abrazarlo por la espalda y ocultar su rostro en el hombro:

-Por favor Baji-san…- rogó Chifuyu.- Quiero más…

En la mente de Baji se conecto la alarma de necesidad de ser uno con su vicecapitán en ese preciso momento. Ambos no aguantarían a su parada y menos caminar hasta su edificio para luego tal vez encontrarse que las madres de ambos estarían en sus hogares:

-Chifuyu, en la próxima parada nos bajamos y nos vamos a los baños.

Los ojos del rubio brillaron, pero también su cuerpo tembló un poco más, porque sabía perfectamente lo que iba a pasar a continuación:

- Sí Baji-san.