advertencia

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Estoy en el hospital esperando notícias de la Srita Maria Salas. Veo salir al doctor Damian Scott.

—¡Buenas noches Joven Andrew, la Srita Salas está fuera de peligro. Pero la mantendremos en observación por está noche, debería de ir a su casa a descansar. Cualquier cosa le estaremos avisando, la policía también quiere hablar con ella!.— dijo calmado.
—¡Gracias Dr Scott!.— dije aliviado.

Darío me lleva a casa.

Llegamos y veo a Margareth, fui a dónde estaba ella.
estaba llorando y ansiosa. Apenas me mira me abraza y yo le acaricio la cabeza.

—¿De dónde vienes?.— dijo llorando.
—¡Vengo del hospital, la Srita Salas está bajo observación! ¿Que ha pasado?.— dije en tono suave
—¡Estábamos en el cuarto y ella sacude unas alfombras en la habitación, luego veo que resbala y se cae!.— dijo alterada.
—¡Andrew tienes que creerme, la policía no me cree!.— dijo alterada.
—¡Tienes que calmarte!.— le dice el padre de ella entregándole unas pastillas.

Ella las recibe y se las toma.

Yo la llevo a su habitación y la acuesto.

—¡Quédate a dormir conmigo, por favor!.— dijo en tono suave y cerrando los ojos.

Me asomo por el balcón.

¡Es imposible, que la Srita Salas haya resbalado!. Me dije.

Martes 28/07/2020

Despierto y la Srita Scott sigue dormida. Suena el despertador 6:30am

¡Wow, cuando estoy con ella despierto siempre de las 5:40am!. Me dije.

Tenía los ojos cerrados.

Ella despierta y me abraza, abrí los ojos y la  beso.

Nos quedamos acostados acariciándonos.

—¡Ya me tengo que ir!— dije viendo el reloj.

Son las 7:30am

—¡No quiero!— me dice tiernamente haciendo pucheros.

Me sente en la cama y ella me abraza por la espalda, y yo le acaricio la mano por un rato.

—¡Ahora sí me tengo que ir!— dije levantándome.

Ella me mira y se muerde el labio.

¡Ella me mira con morbo!. Me dije riendo.

Entro al baño y me baño. Salgo con la camisa puesta.

Le jalo de la mano y la beso.
Ella me acompaña hasta la puerta, me despido con un beso.

Me subí a un taxis y veo que ella cierra la puerta.

De camino a casa reviso unos correos de Rousse.

Llegó a mi casa, veo la puerta forzada.

Entro desconfiado y veo todo desordenado

El piano estaba destrozado, Veo los muebles quedamos, la cocina irreconocible

Entran Joshua y Davis

—¡Andrew! ¿Que ha pasado aquí?.— dijeron sorprendidos.
—¡No lo se, yo acabo de llegar y encontrar todo así!.— dije asombrado y desconcertado.

—¿Que hacen ustedes aquí?.— dije sin salir de mi asombro.
—¡Vinimos para saber cómo estaba Daiane, como llamamos a Jared y a Daiane, ninguno contestaba, decidimos venir para saber si tú sabías algo!.— dijo Joshua.

La Otra Cara De La HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora