EDITANDO Harry Potter Smuts (TRADUCIDO)

Lamentos (Cedric)

Cedric X Lectora

Cuando desperté, estaba en la habitación de Cedric. Su brazo estaba sobre mí, su rostro enterrado en su almohada. Me deslicé con cuidado de debajo de su brazo, escuchando su respiración hacerse más profunda mientras se reajustaba. Estuve lo más silencioso posible cuando salí de su habitación y me dirigí al baño.

¿Cómo pude dejar que esto sucediera?

Me mojé la cara con agua fría y me miré en el espejo. Tenía un moretón oscuro a un lado de mi cuello. Pasé mis dedos sobre él suavemente, recordando cómo se sentían sus labios contra mi piel.

Sus labios recorrieron mi mandíbula. Metió la cara en el hueco de mi cuello y me dejó besos húmedos, sus dientes tirando de la piel sensible.

Pasé mis manos por mi cabello y comencé la ducha. Le quité la camisa de mi cuerpo y me quité las bragas antes de entrar en la ducha, dejando que el incómodo agua fría fluyera por mi cuerpo.Enjaboné mi cabello con champú.

Pasó sus dedos por mi cabello y tiró de los mechones.

Froté jabón sobre mi cuerpo.

Sus manos acariciaron cada centímetro de mi cuerpo, trazando caminos intrincados y dejando la piel de gallina a su paso.

Noté pequeños hematomas en mis muslos.

Sus dedos se clavaron en mi piel lo suficientemente fuerte como para dejar moretones.

Me lave la cara.

Sus labios rozaron mi mejilla, un gemido silencioso se derramó de su boca.

Cerré la ducha y me sequé antes de envolver la toalla alrededor de mi cuerpo con fuerza. Me lavé los dientes y abrí la puerta del baño.

En mi habitación, la cama todavía estaba hecha de la mañana anterior. Me vestí y respiré hondo antes de salir a la cocina. Cedric ya estaba allí, jugando con la máquina de café.

"¿Café?" Preguntó, su voz pesada por el sueño.

"Sí, por favor," respondí, apartando la mirada de su espalda desnuda donde se veían ligeros rasguños.

Clavé mis uñas en sus hombros y arqueé mi espalda hacia él.

Cedric sirvió café en mi taza favorita y agregó la crema que me gustaba. Me lo trajo, junto con un plato de fruta. Agarró su propia taza y la dejó a mi lado.

"Entonces, ¿cómo te sientes esta mañana?" Preguntó con una sonrisa, pasando su mano por mi espalda e inclinándose para colocar un casto beso en mi cuello.

"Está bien", respondí, estirando el cuello sobre mi taza y revolviendo mi café.