Capítulo 2

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Capítulo 2

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Capítulo 2

Leo

Me considero un hombre inteligente, tolerante, bromista, respetuoso, que se pone en los zapatos lo demás y, además, guapo ‒pero eso es tema para otro momento‒. Sin embargo, he de admitir que mis amigos me hacen dudar de cada una de mis cualidades. Con JJ y Dan pierdo la cabeza muchas veces y dejo de ser tolerante, así como se me quita lo bromista y lo respetuoso, con Hannah quedo como un tonto la mayoría del tiempo y con Liam tengo que adoptar unos nervios de acero para no perder la compostura cuando hace una estupidez.

¿Un ejemplo? Este preciso instante.

A JJ y Dan se les ocurrió una idea, una que Lianna aceptó inmediatamente y ahora están convenciendo entre los tres a Liam y Johana. A decir verdad, los tres son algo más que insistentes. O sea, unos pesados a la hora de exigir algo, así que no es difícil conseguir lo que quieren porque son capaces de llevar al límite a una persona, orillarlo hasta que hace lo que ellos piden, y no culpo a Liam y a Johana. Si fuese ellos, ya los habría enviado al diablo, pero como este par son de lo más tontos ‒algunos dicen que blandos‒, no hacen lo que yo haría.

Tal vez no soy tan tolerante como creo.

Pero es que para soportar a Lianna, Dan y JJ hay que tener nervios de acero, ser una persona comprensiva y pacífica, cosas que yo no soy.

La verdad es que ya no soporto esta discusión estúpida y hasta estoy a punto de aceptar yo mismo la idea. A ese punto me han llevado el trío de insufribles.

—¿Pueden callarse, aunque sea, un minuto? —suplica-ordena Karol, masajeando sus sienes.

La entiendo, a mí también está por empezar a dolerme la cabeza.

—No lo haremos hasta ellos acepten.

Karol aprieta los dientes y regresa su vista al portátil que tiene en las piernas.

Ojalá yo tuviese algo en qué entretenerme.

—Es lo mejor que nos ha ocurrido, tienen que aceptarlo —continúa Dan, mirando al sillón donde están sentados Liam y Johana, ella en el regazo de él.

—Tengo que preguntarle a las chicas, no sé qué tienen ellas preparado —repite Johana por cuarta o quinta vez.

—¿Podemos dejar el tema estar? —Ahora es Liam el que lo pide—. Por favor.

—No hasta que...

—Si no se callan los echo de la casa —interrumpe Johana la réplica de Lianna, que era la misma que le dio a Karol.

Por primera vez en media hora ‒creo, puede ser más‒, hacen silencio. Siento alivio correr por mi sistema. Que dejen de fastidiar con lo mismo es un gran logro.

—Está bien, dejaremos el tema, pero será mejor que hables con las chicas hoy mismo y les hagas saber de la idea —ordena Lianna, como si la boda fuera de ella. Su boca se tuerce y luego sonríe—. ¿Pero qué digo? No tienes que llamar a nadie, lo haré yo. Y lo haré ahora.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora