Capítulo 23

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El fin de semana estuvo lleno de momentos de risas, juegos, caminatas y cariño, todos los queríamos mucho y llevábamos muy bien, el viaje nos había venido bien a todos.
Me apoyé sobre Peter mientras estábamos volviendo y nos agarramos de la mano, no estaba dispuesta a soltarlo, lo quería en todo momento conmigo, pero tuve que hacerlo cuando llegamos a nuestra casa, bajamos a nuestras valijas y saludamos a nuestros amigos.
Cuando abrí la puerta quién primero se acercó fue Julieta, me abrazó por las piernas, después le di un abrazo.
-¿Nos extrañaste?-le pregunté mientras se asomaba una sonrisa sobre mis labios, ella asintió con la cabeza-te quiero mucho mucho mucho
-Yo también-ella también sonrió, Peter le dio un abrazo fuerte y quién se acercó fue mi mamá, Carlos abrazó a su hijo y después me saludó a mi.
-¿Lo pasaron lindo?-mamá haciéndose la copada.
-Sí, mucho viento, pero todo re bien-quién le respondió fue Peter.
-Tengo que ponerme a estudiar-los saludé con la mano y subí las escaleras para encerrarme.
La verdad es que no estudié, me fui a darme una ducha para relajarme, el humor me había cambiado para mal al haber llegado a mi casa.
Cuando estuve limpia, perfumada y con el pelo seco se me ocurrió tocar mis apuntes, otra vez pude concentrarme, otra vez perdí la noción del tiempo, solo me di cuenta de eso cuando Peter me trajo una ensalada.
-Siempre te olvidas de comer..-él soltó un suspiro, se sentó en el borde de la cama para mirarme- sos muy auto exigente, estaría buenísimo que tu vida no pase por el estudio..
-Estoy estudiando lo que siempre amé, amo hacerlo, cuanto más estudie más rápido me voy a recibir-solté un suspiro.
-Solo te digo, no dejes que tus estudios te absorban por completo, que dejes de tener tiempo para ver a los que queres-asintió con la cabeza, eso me dejó pensando.
-¿Estas queriéndome decir algo?-lo ataqué.
-Ey, ¡te hablé bien!-él se defendió.
-Me embola que me marques algo que no es, siempre tengo tiempo para mis amigos-puse mis ojos en blanco.
-Últimamente no, te lo digo porque siempre que puedo estar con vos lo hago, por suerte nos fuimos un fin de semana para conectarnos entre todos..
No lo dejé hablar.
-Estas teniendo una percepción de las cosas muy distinta a la mía-lo miré intensamente a los ojos, Peter suspiró y se puso de pie-¿te rendís y no pensas seguir hablando conmigo?
Juan Pedro se fue dejándome con las palabras en la boca, habíamos discutido por una estupidez, sé muy en el fondo que discutí porque sigo enojara con mi mama y la vida básicamente, me la agarré con él, pero soy orgullosa y me cuesta pedir perdón.
Terminé mi ensalada y una vez en la cocina lavé el plato.
-Mi amor-me llamó mi mamá, estaba en camisón-¿cómo estas Lali? Me preocupas... Te siento lejos y me angustia..
-Yo...-tomé aire y lo solté- necesito más aire para asimilar todo lo que pasa y todo lo que pasó...
-Yo.. Voy a estar siempre que necesites hablar-me miró a los ojos-¿puedo darte un abrazo?
Terminé asintiendo con la cabeza, ella se acercó y me dio un abrazo fuerte, no me quería soltar, se me escaparon unas lágrimas, yo también la extrañaba.
Cuando nos apartamos me escapé de la escena subiendo nuevamente las escaleras, otra vez me encerré en mi habitación, esta vez no estudié más, me metí en la cama y se me escaparon otras lágrimas, me sentía sobrepasada emocionalmente.

Pasaron las semanas y con Peter dejamos de hablarnos por un tiempo largo, mi orgullo no me dejaba arrepentirme, un Lunes más y con eso tuve que despertarme, tomé un café de parada en la cocina, Juan Pedro estaba preparándole el desayuno a Julieta.
-¿La llevas vos?-me atreví a mirarlo, Pete asintió con la cabeza.
-Tu mamá tiene médico para ver como está su pierna, yo la pienso llevar también-él me miró y noté que estaba expectante, esperaba que le hablara.
Me acerqué hasta dejarlo acorralado contra la mesada y lo hice.
-Perdón..-solté prácticamente en un susurro, él elevó sus cejas- ya tengo que irme...
Saludé con la mano a Julieta y a Peter, fui caminando para ir a la parada del subte.

Cuando vi a mis amigas se me había formado un nudo en la garganta, estaba angustiada, últimamente estaba muy inestable.
-No puede ser que sigas estando mal con Peter y tu mamá, soltá Lali, aprendé a soltar, dejá tu lado orgullo, los necesitas a los dos, tu mamá siempre fue tu mejor amiga, tu compañera y Peter.. Estoy segura de que es el amor de tu vida, vi como te mira, como lo miras, como te trata.. No seas boba y ahora cuando vuelvas hablá con alguno de los dos
Eugenia también asintió con la cabeza.
-Apoyo lo que te dijo Cande, no te guardes las cosas, no te alejes para protegerte, es al revés, tenes que hablar, vas a liberarte, te va a hacer bien
Terminamos de tomar el café de la mañana para entrar a clases, hoy tenía una jornada de estudio intensa, en un determinado momento tuve que abandonar el aula porque me agarraron nauseas, me quedé en el baño, cuando salí estaba pálida.
-Tengo que irme-le avisé a mis amigas cuando estábamos en una pausa entre clase y clase, agarré mi bolso y me tomé un taxi para volver a mi casa, una vez ahí me quedé recostada en el sillón, por suerte tenía la casa para mi sola, efectivamente Peter había llevado a mi mamá al médico, después salí al jardín para sentir el aire en mi cara.
No sé que me llevó a pensar lo siguiente, lo hice solo para joder y después reírme, paseé por las góndolas de la farmacia buscando varias cosas, cuando me paré frente a una dudé, pero terminé comprando todo lo que había puesto en la canasta.
Aliviada de todavía estar sola fui al baño, y me lo hice, el famoso test, quería reírme de la estúpida idea que había tenido, seguro mis amigas se reirían conmigo después.
Esperé el tiempo determinado y me lo quedé mirando, pasaron los minutos y creí que era una joda, pero estas cosas eran muy efectivas, nerviosa me encerré en mi habitación y empezó a faltarme el aire de la ansiedad, traté de regularizar mi respiración, tenía que ser una joda, lo hice jodiendo.
Bajé para tomar agua y procesar la información, la puerta de la entrada se abrió y era Peter con mi mamá, ella me sonrió al verme, cuando lo miré a él entré en pánico, ¿y ahora qué?
Solo a mí.

Ensamblados Where stories live. Discover now