(✓) 𝐂𝐎𝐒𝐓 𝐎𝐅 𝐅𝐀𝐌𝐄 •˖* The Kid Laroi

chapter fifteen | .˚💫

15. welcome
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CHAPTER FIFTEEN OF COST OF FAME
❛MADDIE❜
"silence"
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—Así que, bienvenido a mi hogar. —digo una vez que abrí la puerta de mi penthouse, dejando a Laroi entrar con su única maleta y así observar cómo el recorría toda la planta principal con la mirada.

—Es lindo. —artículo aún asombrado.

—Lo se. —canturree orgullosa de mi misma, al final de cuentas todo esto lo había conseguido por mi trabajo.

Ahora entendía cuando decían; tanto esfuerzo tiene su recompensa.

—¿Y vives aquí sola? —preguntó girándose hacia mi, por mi parte sólo pude asentir débilmente, lo menos que quería era terminar contándole todas esas noches en las que había llorado hasta quedarme dormida por tanta soledad que sentía. —¿Si estás consiente que tanta soledad hace daño, verdad?

—Sip.

—¿Has probado con conseguir un perro?

—¿Te has percatado que nunca estoy en la misma ciudad por más de un mes? ¡¿Como supones que me haga cargo de otra vida cuando apenas puedo con la mía?! —estalle en exclamaciones, Laroi por su parte solo se rio de mi. Sabía que el verme enojada de alguna forma lo hacia divertirse.

Alrededor de la media noche, para cuando ya le había asignado a Laroi la habitación de invitados, esta vez ya podía descansar. El día había sido más que largo pero con una buena compañía, y aquello debía de ser solucionado ahora, porque cada vez que intentaba no sentir algo más por el que solo una amistad solo me engañaba a mi misma.

Toc, toc.

Escuchó los débiles toques en la puerta que logran que yo salga de mi ensoñación seguido de aquella voz; —¿Maddie? —Laroi abre la puerta tímidamente.

—¿Si? —dije parándome de mi cama inmediatamente para poder acercarme hacia el.

—Mhm, no hay toallas en el baño de invitados. —soltó nerviosamente.

—Ya me encargó. —dije mientas que me dirigía hacia el baño de mi habitación y tomaba unas cuantas. —Aquí tienes. —se las entregue y el sonrío mirándome fijamente hacia los ojos y sin ninguna vergüenza alguna, desviar su mirada hacia mis labios.

—A la mierda. —soltó el, lanzando las toallas las que recién le había dado hacia un lado y con la otra mano tomarme por la cintura y me atrae hacia el.

El me atrajo hacia el y antes de poder evitarlo el ya me estaba besando, sus labios cálidos sobre los míos, moviéndose a sincronía mientras que yo le seguía de aquel beso que desde hace ya tiempo había deseado.

¡Maddie, no! ¡Detente! ¡Contrólate!

Y así mi subconsciente me indica que parara, el miedo de volver a salir herida me indicaba que me detuviera.

—¡Basta! —exclamé apartándome de el, empujando de el con todas mis fuerzas.

Su respiración acelerada, sus labios rojizos y algo hinchados, y su expresión de asombro, sus ojos fijos sobre los míos, abiertos en par en par y mirándome con deseo.

—¿Maddie, ocurrió algo? ¿Hice algo mal? —se adelantó el a preguntar al tiempo que intentaba volver a acercarse a mi y tomarme nuevamente por la cintura, acción que evite inmediatamente.

—Si, si ocurre algo. —tras un silencio breve volví a hablar. —¿Sabes? Todo este tiempo te extrañe y te odie al mismo tiempo, y ahora teniéndote frente a frente me doy cuenta de que aun no sano, me doy cuenta de lo débil que soy ante ti. —murmure, odiándome a mi misma por estar confesando todo esto frente a él.

—Maddie, yo lo siento. —murmuró nuevamente intentando acercarse a mi. —Lo siento por haberte herido y... —antes que pudiera continuar lo interrumpí.

—No. Tu no lo sientes, siempre dices "lo lamento" y jamás lo haces en verdad.

—Silencio. —ordenó y yo así lo hice.

Sus manos nuevamente tomaron mi cintura, una manteniéndose ahí y otra viajando a mi mejilla y acariciando levemente de ella, suspirando yo ante su tacto sobre mi piel y con la yema de su pulgar limpia una de las lágrimas que escurría por mi mejilla.

Y allí, con su mano sobre mi mejilla, su mirada sobre la mía y en completo silencio, Laroi me volvió a besar, beso que inmediatamente seguí. Sus labios sobre los míos moviéndose a sincronía, mostrando aquel cariño que ambos nos teníamos y también mostrando cuánto nos habíamos extrañado en estos dos largos años.

El beso poco a poco fue incrementando más y cuando sentí como su lengua rozaba mis labios le accedí el paso, sumergiéndonos ambos en esa oleada de placer.

Sus manos lentamente descendieron hacia mi cintura nuevamente y con la yema de sus dedos siento como toma el borde de mi camisa y acaricia mi piel desnudada, obligándome a retener un suspiro.

Joder... el ya era mi perdición.

*insertar grito de fan loca*