Prólogo

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Admirarlos de lejos es peligroso... Pero rodearte de ellos, es una sentencia de muerte y basto con una mirada de él, para que ella fuese sentenciada.

La niña agarra la mano del niño fuertemente y lo arrastra a lo mas oscuro del bosque, donde nadie pueda encontrarlos, donde nadie lo pueda encontrar a el…

Lo lleva a lo mas profundo de la oscuridad, hasta asegurar que ya no hay nadie que los siga.

La mano del niño tiembla bajo el agarre de la niña...

—Quiero ir a casa— Susurra el niño de ojos cafés.

—Pronto iras a casa— Le susurra la niña de ojos azules.

La niña se pierde en la oscuridad de los ojos del niño y el niño se idiotiza en el azul de los de ella.

Y ahí bajo la luz de la luna, rodeados de la oscuridad de la noche, un fuerte lazo es creado por aquellos dos niños.

Una hada y un mundano.

Ella desobedeció y lo salvo. Su corazón es tan noble que no soporto que aquel niño muriera junto a sus padres por manos de los nobles.

Su acción traerá consecuencias, pero valen la pena, porque logro salvarlo.

—¿P-puedo to-tocarlas?— El niño pregunta, mirando las hermosas alas doradas de la niña.

La niña solo asiente y mueve suavemente sus alas, creando una pequeña ráfaga de viento que remueve el cabello del niño.

Este tímidamente acerca su pequeña mano y las toca, su pequeño rose hace que un ola de electricidad los recorra de pies a cabeza.

—Son hermosas— Susurra el niño, mientras acaricia las alas de la pequeña princesa.

—Quam pulchra es— Le contesta la niña.

"Tu eres hermoso"

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