Taehyung y Jungkook eran esposos, pero después de 6 años de casados y con un hijo deciden divorciarse porque ambos ya no sentían cosas el uno por el otro, quedando así como mejores amigos, por lo tanto influyentes en desiciones del otro.
Después 3 a...
La alarma sonó y un Taehyung adormilado la apago rápidamente para que su pequeña Nayeon no despertará aún. Porque sí, a pesar de que Nayeon ya tenía 8 años aún seguía pidiendo dormir con su padre aún cuando tenía su propia habitación.
Taehyung se levantó lentamente, volviendo a tapar a su hija con las sábanas. Se dirigió al baño y comenzó a asearse pensando en que justo ese día era el elegido para poder empezar las vacaciones con su amada hija, pero claro, Jungkook y Jihyo también...
Dios, era tan complicado volver a pensar en el hecho de que considero volver a estar con Jungkook, ¿Cómo si quiera pudo pensar en esa tontería?.
Tal vez solo estaba algo confundido, tal vez solo era el hecho de que jamás había visto a el pelinegro con alguien más y tal vez ese sentimiento lo confundía...
Sí, solo estaba confundido...
Pero pensar que el pudo haber sido la hermosa rosa de Jungkook lo hace sentir tan inútil, porque él no es una rosa; él tan sólo es un girasol que sigue esperando ser visto como la flor más hermosa.
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Salió de la ducha ya limpio y cambiado, viendo como su linda princesa aún dormia plácidamente en la cama.
- Bebé, ya levántate princesa.- Susurraba el castaño con cariño.- Ya vi que estás despierta, levántate o te haré cosquillas.
La pequeña castaña soltó una linda risa pero aún así se mantuvo firme y no abrió los ojos.
- Tú lo pediste...- Habló el castaño, para después lanzarse arriba de su hija y comenzar a hacer cosquillas.
La pequeña abrió los ojos y no se quedó atrás, comenzando a hacer cosquillas a su padre de igual manera.
Tanto padre e hija estaban completamente felices, olvidándose del mundo exterior y no dándose cuenta cuenta un Jungkook con el ceño fruncido tocaba la puerta con insistencia.
- ¡Llaman la puerta!.- Gritó Nayeon con todas sus fuerzas.
Agradecio mentalmente a quien estuviera tocando la puerta ya que estaba apunto de orinarse, sino tocaban se hacía del baño encima de su padre.
- Te salvas está vez.- Musitó el castaño.- Pero él moustro de las cosquillas te tiene en la mira.
- ¡Ya ve a ver quien es!.- Exclamó la pequeña sonriendo.
- Está bien princesa.- Sonrió.- Pero ve a bañarte y cuidado, no quiero que te resbalen y te lastimes.
- Si si.- Dijo burlona Nayeon.- Ahora ve a ver.- Habló, metiéndose a la habitación de baño.
Taehyung solo rió por el comportamiento de su dulce hija y fue a atender la puerta, porque aunque ya la había oído hacía mucho tiempo nada era más importante que pasar tiempo con su preciosa hija, los que estuvieran detrás de la puerta podían esperar.
