03: La cafetería.

973 59 2
                                    

Sandy - PDV

El armario de Chris esta a unos cuantos del mio.

Habían pasado unos días desde lo que paso en el salon de musica, Noah me había explicado que quería que me sintiera un poco bien.

No pude evitar emocionarme un poco, ya lo había visto antes e intente hablarle, ahora entiendo porque me ignoro (Bueno, espero profundamente que sea porque es sordo) y ahora estoy en frente de mi armario viendo en su direccion, esta revisando unos libros, totalmente aislado de todos los demas.

Repentinamente cierra el armario y solo se lleva el libro que tenía abierto hace un momento, giro la cabeza fingiendo que no lo estaba viendo hacía un minuto.

—Soy sordo no ciego, Sandy, si quieres ir y burlarte de eso solo ve y hazlo —Hablo en mi oido, me estremeci un poco mientras él se alejaba.

—Chris espera —Hable, pero reaccione en que no me escucharía, cerre mi armario y corrí para alcanzarlo.

Lo tome del brazo y luego me puse en frente de su camino.

Pense en hablar, abrí la boca pero no sabia exactamente que hacer.

Alzo las cejas esperando que dijera algo.

—Habla, leo los labios —Contesto como si hubiera leido mi mente.

—No quería burlarme de ti —Conteste arrepentida, la campana de final de clases sono —¿Tienes algo que hacer?, podríanos ir a tomar algo —Sugerí nerviosa.

Su rostro se transformo en una exprecion que no podría describir, ¿podría irme corriendo ahora?, tal vez si corro a la salida de emergencia.

—Bien, vamos —Contesto y empezo a caminar, tarde un poco en reaccionar, camine a la par con él intentando no sonreír como idiota.

(...)

Llegamos a una cafetería que estaba cerca del instituto, en todo el camino no hablamos, ahora estamos en la fila para pedir un par de cafes, no puedo evitar que mis raros ojos se pierdan en su direccion de vez en cuando, aunque solo acabo viendo su pecho ya que es mas alto que yo.

—¿Sabes?, es lindo que creas que no me doy cuenta que me desvistes con la mirada —Habló repentinamente con una sonrisa torcida.

Abrí los ojos sorprendida.

—No... yo no... no te estoy desvistiendo con la mirada —Hablé y baje la cabeza— No completamente por lo menos —Dije para mi misma.

—No completamente ¿eh? —Habló con un sonrisa, gire la cabeza alarmada por lo que acababa de decir— Hay un espejo justo en frente de tí.

Apunto hacía el mostrador, la suerte no estuvo de mi parte.

Me tape la cara con las mejillas ardiendo, ¿por que no solo lo pense?. 

Deje de hablar y maldiciendome mentalmente hasta que pedimod los cafes y nos sentamos en una mesa junto a una ventana.

Hubo mas silencio.

—¿Tu hermano esta bien? —Pregunto dando un trago a su cafe.

Baje la mirada, y la levante de nuevo para hablar.

—Si, se llama Charlie —Conteste sonriendo de lado, deje a un lado el tema de Charlie y pense en lo que estaba a punto de decir— Tocas muy bien el piano —Afirme.

—Para ser sordo, gracias —Contesto riendo, me mordi el labio un poco, no quería que se entendiera asi— No me veas así —Hablo dejando de reir pero con una sonrisa.

—¿Asi como?.

—Con lastima —Dio un trago restandole importancia— Llevo diez años asi, ya no me afecta ser sordo.

Baje la mirada y dí un trago de mi vaso.

—Lo decía en serio —Afirme, el fruncio un poco el ceño— Tocas muy bien.

Voltee hacia afuera de la ventana ignorando sus ojos.

—Gracias.

Asentí sin decir mas, respire hondo y pense en lo que iba a decir:

—Charlie no va a poder tocar un tiempo... —Empece nerviosa— ¿Podrías tocar conmigo?, solo... tú podrías... si tú quieres... ayudarme... a ensayar...

—¿Tocar contigo? —Preguntó sonriendo y con ambas cejas alzadas— Un sordo tocando un piano, viste como reaccionaron ayer.

Al oirlo decir eso solamente asentí y mire a otro lado, un poco triste, y no tenía razon para estarlo.

—Si... bueno... eh... creo que ya...me voy —Dije torpemente y me levante.

Estaba lista para irme cuando tomó mi muñeca antes de alejarme.

—No dije que no lo haría.

Cerre los ojos, tengo que calmarme, apenas lo conozco y ¿ahora va a tocar conmigo?, ¿Somos amigos? ¿Compañeros?

Lo vere luego.

Me volví a sentar.

—Gracias —Susurre con una sonrisa.

El asintio, no había soltado mi mano, y ahora la sostenía sobre la mesa.

Se recargo en el respaldo de la silla sonriendo.

—¿Con que desvestirme eh? —Habló divertido.

Rodee los ojos y reí.

Sordo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora