2. Depresivamente atractiva

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Volví... o algo así.

Capítulo Dos
"Depresivamente atractiva"

[]

Sintió un jaloneo desde sus piernas y antes de que pudiese abrir los ojos, algo o mejor dicho alguien, le haló fuertemente sacándole de la cama.

La cabeza le daba vueltas, le dolía la nariz y su mirada era borrosa.

Sabía que estaba fatal porque se sentía de ese modo, pero no se molesto en decir nada más.

Rouge estaba parada frente a ella con una expresión de genuina preocupación en el rostro. Pocas fueron las veces que algo que no fuese ella misma le preocupaba y esta era una de esas veces.

Tres días habían pasado desde la ruptura; tres días en los que Amy no había salido de su habitación, no había comido ni bebido.

Solo se había quedado ahí recostada en su cama llorando a ratos hasta que el sueño y el cansancio le vencía y luego de un rato repetía el proceso.

Nada le costó averiguar que era lo que había sucedido; el chisme de que Sonic le había sido infiel a Pinky se corrió como pólvora entre los alumnos y mientras algunos se burlaban de Amy por los "cuernos" que le habían puesto, otros se burlaban de Sonic y la golpiza que había recibido de parte de Rouge cuando se enteró de lo que había sucedido.

De cualquier modo eso ya no era importante; a este punto debía concentrarse en ayudar urgentemente a su mejor amiga; todo en ella estaba tan mal...

Tres días sin moverse de aquella posición le tenían pálida y ojerosa, a la par de que su ya de por sí delgada figura ahora dejaba notar fácilmente los huesos de la clavícula y sus caderas.

−Ay Pinky−el tono de tristeza en su voz vino acompañado de unas cuantas lágrimas de impotencia al ver a su amiga en ese estado y la abrazó.

Aunque ella no pareció responder deseó con todas sus fuerzas sanar un poco de su dolor.

Amy era su amiga; la única que había tenido en toda su vida. Más bien ya era como una hermana menor por la cual velaba y protegía, aunque naturalmente no era usual externarlo muy a menudo.

Verla así de destruida le afectó...

Las llamadas de los maestros y autoridades al enterarse de lo sucedido no se hicieron esperar. Sin embargo no se sintió capaz de relatarles el verdadero estado de la chica.

−No voy a dejar que sigas destruyéndote a ti misma−Dijo con determinación y la tomó en brazos sin mucha dificultad llevándole hasta las regaderas.

Abrió la llave de agua caliente y aún con ropa y sin prestarle mucha atención a que ella también se mojaba, dejó que el agua corriese libre sobre su amiga.

Gota a gota la joven Rose tan solo sollozo en silencio, con menos fuerza pero sin oponer ninguna clase de resistencia mientras ella le lavaba el cabello a este punto sucio y enredado.

−Ay Pinky... no es tu culpa, cariño...−Trataba de convencerla.

Porque sí, no era su culpa que su estúpido ex-novio se hubiese comportado como un patán faltándole al respeto a su compromiso.

Pero no por ello se sentía menos miserable.

−Debes ser fuerte, no dejes que ese bastardo se quede contento−.

𝘗𝘭𝘢𝘺 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦Where stories live. Discover now