Capítulo 13

505 43 0
                                    


Chiara

Sin despegar mi enfoque de su mirada, parpadee pensando que había escuchado mal. Zabdiel no puede estar proponiéndome que me case con él, porque es simplemente absurdo. Pero mientras más observaba su rostro decidido, más me parecía que hablaba en serio. Lo cual me ocasiono una risa nerviosa. Ni en mis más locos sueños aceptaría una locura como esta.

—No hablas en serio, ¿Verdad? —Pregunto esperando que sea una broma. Puesto que sabía que, en circunstancias normales, nunca me habría pedido que me casara con él.

—Por supuesto que hablo muy en serio.

—Lo siento, pero el matrimonio no es algo en lo que quiera incursionar. —manifiesto, alejando mis manos de la suya, puesto que hay algo en él que me pone nerviosa.

—¿Por qué? ¿Acaso es porque soy yo y consideras que no cumplo con tus expectativas?

Me sorprendo por su pregunta, porque no entiendo que dije para que piense de esta manera.

—No comprendo como llegaste a esa conclusión, tan errada, por cierto. Nunca tomaría una decisión tan importante como el matrimonio apresuradamente, y mucho menos me casaría con alguien que no conozco.

—Chia...—interrumpí su posible argumento.

—No, Zabdiel. Vamos a ser sinceros. Tu no me conoces, más allá de saber que soy la mejor amiga de la esposa de tu hermano, y yo solo sé que eres hermano de Shane, además de que eres pintor.

—Sí ese es el problema, entonces hazme todas las preguntas que quieras.

—Esto no funciona así, Zab. Para una noche de sexo solo se necesitan dos personas dispuestas a pasarla bien, pero para un matrimonio se necesita mucho más que eso.

—Lo sé perfectamente. Pero nuestro bebe mere...—No puedo dejar engatusarme por él.

—Zabdiel, no estamos en los tiempos de antes que se casaban o lo casaban cuando alguna jovencita salía embarazada. —la piel se me erizo con la mirada indescifrable que me brindo, es como si a través de ella quisiera decirme algo más profundo de lo que sus palabras pudieran hacerlo.

—Chiara, me gustaría que lo pensaras y habláramos cuando tengas una decisión. Sé que es un tema para pensar con calma. —se le veía determinado—No quiero que pienses que te quiero someter a mi voluntad. Es solo que me gustaría que mi hijo naciera bajo el seno del matrimonio. Pero aceptaré cualquier decisión que tomes. Sabes donde encontrarme.

Asentí a sus palabras. Antes de marcharse beso mi mejilla, para luego abandonar la habitación y dejarme echa un mar de confusión. Porque algo dentro de mí me empujaba a aceptar lo que me ofrecía, pero la parte racional me dice que no debo casarme simplemente porque estoy embarazada. Debe haber algo más de por medio.

¿Cuántos hijos no han nacido en unión libre? ¿Cuántas madres solteras no han sacado a sus hijos adelante? Muchas, y yo puedo ser una de ellas. Además, que un hijo nazca bajo el matrimonio no es indicativo de que será feliz. Porque mis padres están casados y yo no he sido plenamente feliz, puesto que mi madre siempre me ha visto como un estorbo en su vida.

Entra Azul a la habitación. Justo cuando pensaba que podía relajarme y olvidarme por un momento la conversación que había tenido con Zabdiel. Para mi desdicha comenzó indagar sobre la razón de la visita de su cuñado.

—Vino a pedirme que me casé con él—Ni bien terminé de formular la oración, sus gritos resonaron en la estancia. —No te emociones mucho que le dije que no.

—¿Que rayos hiciste? —pregunto sorprendida.

—¿Te sorprende que le haya dicho que no? Azul, me conoces. Sabes que yo y el matrimonio somos como el agua y el aceite.

UN HOMBRE DE HONORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora