Capítulo 5: Un último milagro

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Sus ojos se abrieron con sorpresa y en su mano derecha algo brillaba con luz dorada.

Una joya de color dorado y un dibujo de un rombo dorado.

Apretó con fuerza la joya y un escudo le cubrió tanto a él como a Meiling.

—¿Qué de...? —oyó decir a la joven.

El dragón se dio de bruces con el escudo aturdiéndolo. Su oportunidad.

Una formación rocosa se materializó a la espalda del dragón. A lo que este se giró la roca golpeó fuertemente a la cosa que tenía en la espalda.

Dio un fuerte rugido mientras se agitaba fuertemente.

Meiling recuperando la compostura lanzó una estocada logrando soltar esa cosa de su espalda.

Este paro en seco.

No se desmayó, pero se quedó completamente quieto. Pareció estar aturdido.

Feing y Meiling retorcieron unos pasos para evitar algún susto mientras observaban al dragón. No estaban seguros de si eso les había ayudado.

Feing miro la joya de nuevo.

—Es... una Visión Geo —dijo Meiling.

Una especie de gruñido apagado sonó.

Miraron a Rex Lapis para ver como el dragón recuperaba la compostura y los miraba.

Se detuvieron un momento sosteniéndole la mirada al dragón. Pero este no parecía estar en la misma posición que antes, agresivo, sino que estaba relajado. Incluso los miraba con curiosidad.

—¿Rex Lapis? —pregunto Feing.

El dragón le miro y luego asintió lentamente.

Feing contuvo el aliento antes de soltar un suspiro de alivio. Lo habían logrado.

Entonces Meiling le dio un toque en el hombro antes de salir corriendo hacia el montículo de rocas cercanos.

Se había olvidado.

Feing salió corriendo junto a la chica.

Desesperadamente empezaron a retirar rocas para tratar de sacar al otro dragón de allí, pero estas eran muy pesadas.

Se les hacía imposible retirarlas de encima.

Rex Lapis se acercó curioso. No entendía por qué quería retirar las tocas.

—¡Esta vivo! ¡Debe estarlo! —decía Meiling al borde de las lágrimas.

Tan emocional como siempre...

—Mei... —le llamo Feing.

—¡NO! ¡Estoy segura de que esta dentro! —grito ella. —¡Él nos ayudó a salvar a Rex Lapis!

El dragón miro al joven.

—Rex Lapis... —hablo Feing — No vinimos solos aquí. Un dragón azul nos trajo y nos acompañó. ¿Lo recordáis? Antes de quitaros esa cosa de la espalda fue lanzando contra esta pared y se derrumbó sobre él.

El dragón miro esa especie de aparato que indico el joven.

Este negó con la cabeza.

No recordaba absolutamente nada hasta hace un momento que sintió despertar.

Feing miró su Visión Geo.

—Fue ese dragón quien advirtió sobre que estabais en peligro. Debíais conoceros.

Mi Amado Dragón - 𝓩𝓱𝓸𝓷𝓰𝓒𝓱𝓲Where stories live. Discover now