HASRET. [Malkoçoğlu Balı Bey]

On dördüncü bölüm

Veía el cielo nocturno, las estrellas y la luna.
La hacían sentir en paz con solo admirarlas y es lo que ella necesitaba en esos momentos.

Paz.

Queria estar tranquila con su familia en esos días de festividad pero sentia que algo grande pasaria.

-Sultana-la llamaron.

Volteó a ver a su criada, su única amiga.

-¿Si?-la miro sonriente.

-El Sultán la espera-comunicó.

-Vamos, no quiero hacerlo esperar-tocó su brazo como agradecimiento y comenzaron a caminar.

Los pasillos estaban vacíos, todo estaba en silencio.

Al llegar a los aposentos de su padre se giro a su acompañante.

-Ve a descansar, yo estaré bien-le sonrió.

-Pero Sultan... -Hasret la interrumpió.

-No te dirán nada, y si lo hacen yo arreglaré todo-le guiño con una pequeña sonrisa.

-Muchas gracias Sultana, que Alá le de felicidad y una larga vida-se inclino y retiro con una sonrisa hacía el harén.

Hasret vio como Cennet, se perdía de su vista.
Camino hasta quedar frente a las puertas de la recamara privada de su padre.

Vio a los guardias con una sonrisa y ellos entendieron el mensaje inmediatamente.
Algo ya normal desde hace muy poco tiempo.

Con una simple sonrisa o una mirada entendían que quería ser anunciada.

-El Sultán la espera-se inclino.

-Gracias-les regalo una sonrisa y siguió su camino.

Ellos solo sonrieron, admiraban y amaban eso de su Sultana.
Agradecía a todos, sea una sirvienta, concubina o guardia.
Era la única que lo hacía y solo esperaba que con el tiempo no lo dejara de hacer.

-Padre-se inclino besando su mano.

-Mi amada hija-la tomó en sus brazos besando su coronilla.

≻¿Como estas Hasret?, ¿Te falta algo?.

-Estoy bien padre y no me hace falta nada-tomo asiento frente a él.

≻¿Y usted cómo esta?-tomó un poco de jugo.

-Estoy bien Hasret-lo miró.

Sabía que le mentía, lo había observado los últimos días y lo había visto distraído, pensativo y desanimado.
Pero no preguntaría, por ahora no quería molestarlo.
Las puertas se abrieron y pudo ver a Ibrahim Pasha, lo miró a los ojos seriamente mientras el entraba.

-Su Majestad, Sultana-se inclino con una sonrisa para luego mirarlo pero vio que su padre no le presto atención.
Tocó su brazo y su padre por fin lo miró.