Un día de suerte.

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—¿Qué? No, ellos no pudieron, no... Por favor hyung, dime que no es verdad, te lo ruego. Seguro es a causa de la anestesia y estoy alucinando, ¿verdad?

—Sunoo, no...

—¿Verdad, hyung? —Las lágrimas en el rostro del menor comenzaron a bajar, recalcando el "verdad".

Heeseung no dijo nada, apretó los labios y bajó la mirada a sus pies, como si estos fueran lo más interesante.

—Sunoo, será mejor que descanses un poco más.

El peliazul se recostó con cuidado y cerró los ojos, para así poder dormir un poco.

Pobre Sunoo, pero no eres suficiente, no eres suficiente para él, y tampoco lo mereces, lo siento...

~♡~

Un mes.

Un bendito mes había pasado. Sunoo seguía en el hospital y Heeseung cuidaba de él. También estaba al tanto de Sunghoon, ya que días después del accidente, éste quedó en coma.

Justo ese día habían dado de alta a Sunoo, por lo que ahora se encontraban yendo hacia el departamento del mayor.

—Bienvenido, nuevamente... —. Exclamó al peliazul a la vez que abría la puerta de su departamento —. Puedes quedarte aquí el tiempo que desees.

—Muchas gracias, de verdad hyung —. El contrario palmeó su hombro y se adentraron en su hogar.

—¿Quieres que te ayude con tus maletas? Aún no puedes hacer mucho esfuerzo.

—Por favor —. Respondió y el mayor asintió.

—Ah, por cierto —. Habló de repente. Se dirigió a la mesa que estaba en la sala y tomó una pequeña bolsa, seguido de eso regresó con el menor —. Tu celular se hizo pedazos en el accidente, así que te compré uno nuevo —. Le extendió la bolsa.

—Oh hyung, no... no era necesario que hicieras eso. No puedo aceptarlo.

—Vamos Kim, acéptalo.

—No, de verdad que no. No quiero ser grosero pero me quiero alejar un poco de eso, gracias y lo siento.

Heeseung bajó el brazo y suspiró.

—Está bien, como tú lo desees.

—Hyung, ¿qué pasó con el tipo del camión? ¿Lo atraparon?

—Por suerte sí. Tardaron un poco pero ya está en la cárcel. Estuve preocupado de que te hiciera algo.

—Es un maldito. Como me gustaría gustado encontrarlo yo mismo y torturarlo hasta que su corazón deje de latir. Me quitó a la persona que más amaba... y a mi bebé también —. Sintió un dudo enorme en la garganta y tocó su vientre.

—No es hora de recordarlo. Todo estará bien, sé lo mucho que lo amabas pero no siempre vamos a tener que lamentar eso.

—Es que, no lo entiendes. Él era la persona que me hacía muy feliz. Toda esa felicidad se esfumó y ahora mi vida ya no tiene sentido.

—Ya, ya. Tranquilo...

~♡~

Otro mes más había pasado.

Mine! - Sungsun/SunsunWhere stories live. Discover now