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La oscuridad gobierna en la mente de Sakura, ella sabe lo que le va a pasar, no quiere despertar, no quiere, ruega en seguir desmayada, no quiere sentir, ver, presenciar lo que vaya hacer Sukuna. Pero como la suerte jamás está de su lado, siente como la oscuridad se desvanece y abre sus párpados y lo primero que ve es lo que menos quería.
— ¡Mi amor! , ya despertaste, me alegro mucho verte devuelta mi cerezo. — Sukuna está sentado cómodamente en un sillón en frente de Sakura, con un vodka en la mano y un bate a sus pies, tomando un sorbo de la bebida alcohólica. Sakura se encuentra atada pies y manos en una silla, se da cuenta el cambio de su ropa en ella, vestida solo con un camisón de Sukuna.
— ¿Por qué me tienes aquí Sukuna? ¡¿No te vasta tener a la perra que te seguí todo el tiempo?!
— Mm...¿Hablas de Uraume?, sabes que ella solo es un pasatiempo en tu ausencia, pero como ahora estás aquí...— Sukuna deja el vodka de lado y se acerca a Sakura, tomándola del mentón fuertemente para que ambas miradas se vean fijamente — Saciare todas mis necesidades contigo, por qué tú eres mi mujer. — Al terminar de decir a aquello Sukuna besa rudamente a Sakura, ella intenta en vano que se aleje, pero claramente la ventaja la tiene Sukuna.
El peli-rosa la agarra de los cabellos para profundizar el beso, volviendolo más desesperante, Sakura en desespero que Sukuna termine de besarla, le muerde el labio, haciendo que Sukuna se aleje y se toque el lugar donde comienza a sentir un ardor, viendo en sus dedos la sangre que comienza a salir. Sonríe burlonamente, y le clava su mirada a Sakura con excitación, ella reconoce esa vista, y comienza a temer.
— Sakura, amo cuando me haces sentir tan raro — Vuelve a acercarse a la peli-rosa, ahora con desesperó, poniendo sus mano en los blanquecinos muslos de la chica, masajeando y dejando mordiscos en ellos —Me encantas, te amo, y sabes que está es mi manera de demostrarlo. — Sus mano comienzan a ascender hacia su abdomen, delineando la cintura de Sakura con sus dedos.
