Capitulo 8

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-Pero, debe haber un error -dijo mirando detenidamente los números del papel

-No hay ningún error señorita, ha estado sacando medicamentos cada dos semanas, la mayoría de ellos se los ha llevado sin pagar, dejando la promesa de que volvería a fin de mes trayendo el dinero -contestó el hombre con un semblante serio- así que espero que cumpla con su palabra, y vuelva la semana que viene com cada centavo que debe 


-Está bien -suspiró- prometo traer el dinero, solo, deme tiempo para poder reunirlo a todo


Vida adulta ¿Quien diría que seria tan difícil?

Se preguntó la rubia, saliendo de la farmacia y guardando el papel en su mochila, al lado de las demás cuentas que estuvo recolectando a lo largo del camino

Peinó con sus dedos los mechones de cabello que cubrían su rostro hacia atrás mientras caminaba, sabiendo que este iba a ser uno de esos días

 


(...)

-Lo siento, pero no hay puestos por el momento -contestó el joven, rebajando con su mirada a la rubia, quien sólo bajo su vista hasta su tenis pars después asentir

-Esta bien, gracias por, al menos haberme escuchado -dijo dando media vuelta y saliendo del lugar

Acomodando mejor su mochila, Adora siguió caminando hasta que estuvo frente a un parque, así que decidió sentarse en la banca blanca más cercana al estanque, dejando caer su cuerpo flojo y cerrando sus ojos, ya que comenzaban a arder

Conseguir otro trabajo sonaba como una buena opción para ella anoche, aunque no pensó en que tal vez no la contratarían en uno de los cafés más prestigiosos del lugar debido a su vestimenta tan casual, la cuál contaba con una sudadera gris, bermudas rotas de color rojo desgastado, y su cabello desarreglado
 


-Parezco un vagabundo -se dijo a si misma cuando vio la manga de su sudadera rota

Giró su cabeza con cuidado hacia el estanque, admirando las pequeñas hojas que se posaban sobre el agua mientras que de fondo sólo se escuchaba el cantar de las aves y el típico bullicio que hacían las personas

Segundos después se acomodó mejor en el asiento para poder retirar la mochila de su espalda, comenzando a sacar las cuentas del interior más su teléfono

Viendo cada una de ellas, notó que definitivamente tendría que dejar al menos dos pendientes por este mes

El bufido que soltó fue tan fuerte que terminó haciendo que los pequeños bajaros que se encontraban cerca terminaran volando lejos de ella

-Es injusto que trabaje tanto y que ni así pueda llegar a fin de mes sin preocupaciones -susurró mientras dejaba las cuentas sobre la banca

Luego de eso tomó su teléfono para verificar la hora, notando que aún faltaban algunas horas para que tenga que volver, por lo que comenzó a entretenerse mirando algunas historias de sus contactos, y cuando apareció una historia del peliazul, una pequeña idea cruzó por su cabeza

The Ink And The Coffee (Catradora AU)Where stories live. Discover now