Capítulo 21.

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Sasha.

Por primera vez en ni vida sentí que me estaba hundiendo y mucho, sus ojos llenos de temor, sus lágrimas, todo de ella dolía por el simple hecho que hice las cosas mal, aunque Mackenzie sabía lo de la mafia igual se lo oculté, la puse en peligro y la obligue a que matará a una persona solo por defenderme a mí.
Hice todo mal.
Ella me pidió un tiempo, tiene miedo a lo que puede pasar, no se encuentra lista para ser parte de ese mundo y tampoco se si en verdad quiere serlo. Amo a Inzie como un jodido loco, así como tengo estos sentimientos por esa loca chica de veintidós años también siento que no puedo obligarla a ser parte de esto si no quiere. Una vez dije que la última palabra la tendrá ella y que iba a respetar su decisión, fuera cual fuera.

La amo, duele, pero debo respetar sus tiempos.

— Dale su tiempo, esta en shock emocional — habla Brandon Salvaltore a mi lado.

Estoy enojado con todo lo sucedido, mi distracción puso en peligro a la mujer que amo y no puede volver a suceder. Agradecía que él haya aparecido como lo hizo, que tome a Mackenzie para llevarla con su padre mientras me encargaba de desaparecer a todos esos hijos de puta que querían lastimar a mi chica.

— ¿Cuánto debo esperar? — pregunto suspirando.

Me encontraba en un auto en su compañía rumbo a Sicilia donde ya sabía que mis tíos estarían ahí, puedo tener casi treinta años, pero ellos no iban a dudar en regañarme por no solo violar todos los protocolos de seguridad de la Bratva sino por mi comportamiento adolescente que no estaba siendo propio para el que será el próximo Rey de la Bratva.

— El tiempo que sea necesario. Cuando sea el momento apropiado ella volverá a tí....

— ¿Y sino lo hace? — lo interrumpo.

— Volverás a ir por ella. Si en verdad la amas como tanto dices dejaras que el tiempo haga lo suyo y sino podemos modificar nuestro destino a nuestra manera — acota dándome una palmada en mi hombro.

Mi amor por Mackenzie no entra en discusión, solo estaba cansado de esos malditos tiempos que siempre parecian joderlo todo. Antes no podía estar a su lado por la diferencia de edad que tenemos, debía dejarla crecer y ahora el que podía un párate entre nosotros es la mafia.

— ¿Cómo me encontraste? — indagó tratando de olvidar todo.

— Cuando tus tíos activaron el protocolo rojo y se comunicaron conmigo, por cierto mi hermano me debe mil euros, ellos dijeron  que estabas secuestrado, después de todo tu departamento estaba todo revuelto ...

— ¿Revuelto? — consulto fruncido el ceño.

— No fuiste tú — afirma al mirarme a la cara. — Atacaron a tus guardaespaldas, forzaron la entrada de tu departamento, buscando algo y creo que querían...

— Matarme — termino su frase.

— ¿Tienes problemas con alguien? — pregunta.

— Si, con unos pequeños revoltosos de lacayos de la Bratva que nos quieren que sea el sucesor de mi tío — le cuento.

— ¿Y qué problemas tienes con Vincenzo Sinagra? — inquiere.

— Ninguno, al menos lo que se — acoto encogiendo mis hombros.

Vicenzo Sinagra es el líder actual Mala del Brenta, mafia italiana que tiene sede en Venecia y alrededores. No tenía problemas con ellos, pero no se si mis tíos en el pasado no hicieron algo que ahora genere sed de venganza y eso lo llevó a tratar de atacarme hace un par de horas atrás.

En la mafia nunca se terminan los enemigos, aunque demostremos que todo se encuentre en paz, sabemos muy bien que es falso porque cuando cada uno tiene la oposición no la va en dudar en atacar a otros, sobre todo en estas organizaciones que no median ni el respeto y mucho menos la lealtad.

SASHA (5° SAP)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum