Flowers

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El resto del período de clases pasó sin mayor novedad y muy pronto los tres se encargaron de abandonar el lugar.

—¡Ten cuidado con los cables! —dijo Mei a modo de despedida agitando su mano en dirección a Seven que llevó su mano a la cabeza en un gesto militar.

—Mei, ¡vámonos ya!— llamó Baji desde su GSX250E, Chifuyu estaba estacionado a sus espaldas.

—Ya voy, ya voy. Como jodes —se quejó la chica ubicándose detrás del pelinegro sin mayor esfuerzo. Baji y ella no hicieron ningún movimiento. Eran demasiado buenos pretendiendo que nada está ocurriendo.

Se abrazó a su torso sin soltar el teléfono y él apretó el manubrio.

Si, muy buenos pretendiendo.

Avanzaron varias calles con velocidad. Mei disfrutaba de la sensación del viento levantando su cabello dejando entrever sus clásicos mechones rojos entre su melena morena.

Chifuyu sonrió ante la vista.

—¿Iremos directamente al taller Mei-san? —cuestionó el rubio apenas alcanzaron un semáforo. La chica negó con la cabeza confundiéndole más. Chifuyu señaló la enorme mochila a sus espaldas —. ¿Eh? pero... ¿no son tus herramientas las que llevas ahí?

—Nope

—¿Eh?, ¿cómo que no? pesa de la mierda —cuestionó Baji esta vez recordando como le había aterrizado en su cara aquella mañana.

— Tengo que hacer algo primero, ¿de acuerdo? —respondió terminando de teclear en su teléfono y luego lo extendió en dirección al pelinegro — ¿Podríamos ir aquí un momento?

Baji verificó la dirección y suspiró

—De acuerdo

Las llantas chillaron con la aceleración en cuanto la luz cambió su color. No hubo tráfico alrededor así que en poco tiempo arribaron a su destino.

—¿El hospital general?, ¿Te sientes mal Mei...¿¡Mei-san!? —Chifuyo corrió a cubrirse los ojos. La castaña se había desprendido del saco de su uniforme y estaba comenzando a desabrocharse los botones de su camisa.

—Oi oi, ¿¡qué crees que estás haciendo!? —se horrorizó ahora el pelinegro extendiéndole su propio saco tratando de no voltear a verla —. ¡Al menos cúbrete maldita sea!

—Calmense por amor de Dios, traigo otra camisa debajo —explicó la castaña una vez apartó la primera. Con inseguridad ambos voltearon a verla suspirando aliviados —. Carajo, que mal pensados

Con dificultad sacó más piezas de tela en su mochila y procedió con su transformación.

Su falda escolar estilo escocesa fue cubierta por una simple de color azul a juego con el pañuelo que procedió a amarrar en su cuello. Con mucho cuidado de no dejar entrever sus mechones pintados amarró su cabello en una coleta. Miró su reflejo en el vidrio de la puerta.

Casi perfecta

—Baji, tus anteojos —ordenó recibiéndolos sin dilación. Mucho mejor.

Baji volteó en dirección a Chifuyu quien solo se encogió de hombros. Estaba tan confundido como él.

—Mei, ¿qué cojones hacemos aquí?, ¿por qué el disfraz? —volvió a preguntar el pelinegro. La chica solo atinó a encogerse de hombros.

—Solo quiero hacer lo correcto, creo — La respuesta los dejó igual de confundidos miró sus pies con algo de timidez y luego volvió a ver —. Oh justo a tiempo

Un joven repartidor armado con un pequeño bouquet de rosas se acercó a la morena y sin más que un leve asentimiento y un apretón a su gorra, la cual cubría sus ojos se lo entregó a lo que ella agradeció. Baji frunció levemente el ceño.

ToMan No KitsuneWhere stories live. Discover now