¿Por qué tienes que ser tan rudo?

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La luz del Sol comenzaba a molestar, ¿había amanecido ya?, Vaya. Tomé mi teléfono, el cual se encontraba cargando, lo prendí y miré la hora. Sábado 10 de la mañana, me levanté de mi cama lo más rápido que pude, estiré mis brazos intentando que la flojera se vaya de mi cuerpo aunque no tuve éxito alguno.

Sin motivo alguno reí de forma leve, hoy era el día.

Fui al baño de mi habitación para darme un baño de agua helada y poder despertarme bien.

Al terminar, tomé mi toalla para secar mi cuerpo y después enrollarla en mi cintura, tome otra toalla más pequeña para secar mi cabello, salí del baño y me dirigí a mi armario dispuesto a escoger mi mejor traje. Me vesti y me miré al espejo, no quiero sonar egosentrico pero me veía jodidamente bien.

Sonreí para después tomar mi teléfono, billetera, las llaves de mi casa y mi auto. Salí de mi casa, subí a al auto y lo encendí, di un suspiro algo nervioso, me tomó unos segundos calmarme, arranqué el auto y conduje como si fuera un Jet, decidido todo el camino llegar hacia ti.

Pase por una florería, ¿le gustaría un detalle romántico? No, no le gustan las cosas cursis.

Reí ante ese pensamiento, sería gracioso verle avergonzado y sonrojado, pero no era el caso esta vez, seguí el camino esta vez sin distraerme de nuevo, no me fijé bien en el momento en que llegue a su casa, cuando me di cuenta ya estaba en la puerta, mierda. Tranquilo Ari, lo haces por él, para que puedan estar juntos.

Toqué la puerta sintiendo que mi corazón se saldría de mi cuerpo en cualquier momento, bajé mi mirada y comencé a jugar con mis manos por los nervios, tenía un nudo en mi garganta, nunca me había sentido tan nervioso en mi vida.

Escuché la puerta abrirse, levanté mi mirada encontrandome con quien quería y a la vez no queria ver.

— ¿Raptor? – Me nombró por mi apodo, ¿se puede tomar eso como un avance en nuestra relación?

— ¡Timba! – Exclamé intentando ocultar los nervios, no sirvió de nada.

Reí levemente demostrando aun más mis nervios, ni un minuto y él ya puede estar viéndome como una presa fácil.

— ¿Qué haces aquí? – Preguntó confundido, al menos no ha insinuado nada.– Si vienes a ver a Sparta pierdes tu tiempo, te dije que no quiero verte cerca de mi pequeño. – Primero Auch, segundo Nuestro pequeño.

Hablé demasiado rápido, pero ¿qué más da?, ya es costumbre.

— En realidad vine a verte a ti. – Confesé, Timba cambio su cara de molesto a uno sorprendido, espero no mal intérprete lo que estoy diciendo.

Escuché un confundido ¿A mi?, de parte del padre del amor de mi vida.

— Sí, quería hablar contigo. – Hice una extraña cara de pato al pronunciar ese "Contigo", No se nota que estoy nervioso... ¿Verdad?

— ¿Por qué querrías hablar conmigo? – Cuestionó confuso, ¿por qué lo hago? Porqué si me dejara ver a mi Spartita no lo haria-

— Pues vine hasta aquí solo para hacerle una pregunta. – Dije intentando que mi lado temeroso no se notase, creo que lo estoy logrado.

— ¿Una pregunta? .– Se cruzó de brazos y arqueo una ceja, okey Raptorcitó... Tu puedes.

— Si, por que se que es un hombre de la vieja escuela. – Aclaré mi garganta intentando que el nudo que se había formado desapareciera.

Timba ladeó la cabeza esperando una respuesta mía a una pregunta que él no había ni dicho.

— Sí. – Miré hacia el suelo unos segundos, al alzar la mirada estaba decidido.– ¿Puedo tener a su hijo por el resto de mi vida?, Di que si, necesito saberlo. – Cerré mis ojos y junte mis manos como si estuviera rezando.

─ Rude~ [Spartor] • [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora