Kim Taehyung solía vivir su vida como si fuese el último momento y sin interés alguno de lo qué le espera del mañana. Tras un suceso inesperado, el joven Kim termina viviendo sus días en una habitación de hospital bajo la espera de qué su situación...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siento la adrenalina recorrer mi cuerpo desde la cúspide de mi cabeza hasta la punta de los dedos de mis pies. Me detengo un momento para descansar y admirar un poco del gran paisaje que me rodea, los gritos de mis compañeros alentándome a seguir me animan a hacerlo y sin previo aviso continúo subiendo.
— ¡Vamos, Taehyung! — A pesar de la distancia, logro identificar a la perfección la voz de Jimin sobresalir entre todas las demás. — ¡No dejes que Jungkook te gane!
Por inercia, dirijo mi mirada a este último y noto que a pesar de su cansancio se encuentra a tan solo un par de metros de mí, la adrenalina retoma el control de mi cuerpo, obligándome a aumentar la velocidad de mis movimientos y seguir impulsándome hacia arriba.
Para el día de mañana, tenemos programada una presentación de la cuál su nota influirá con grandeza en nuestra calificación final y sé que deberíamos estar practicando nuestros solos en lugar de estar escalando esta montaña.
Pero una escapada no le hace mal a nadie y mucho menos cuando se trata de encontrar una manera de liberar el estrés acumulado.
Los profesores nos matarán si se llegan a enterar de lo que estamos haciendo, sobre todo el entrenador del equipo si se llegase a dar cuenta de que faltan dos de sus mejores equipamientos de escalada. Pero estaría mintiendo si digo que nos hubiesen dejado utilizar los muros del gimnasio diseñados para este deporte en específico, así que no nos quedó de otra más que tomar los equipos prestados e irnos a escondidas a una montaña cercana a la universidad.
Dirijo mi vista al cielo al sentir una leve brisa impregnarse en mi rostro, el pronóstico de hoy avisaba sobre una llovizna para el anochecer, pero al parecer las gotas de lluvia han tomado la decisión de caer antes de tiempo. Al estar ya a medio camino no me puedo retirar así por así, la lluvia es ligera y mi equipamiento es seguro, por lo que continúo subiendo cómo si conociese esta montaña cómo a la palma de mi mano.
Jungkook me sigue el paso; pero no lo suficiente como para lograr pasarme. Con el pasar de los segundos, lo que solía aparentar ser una pequeña llovizna ha aumentado su potencia al punto de convertirse en un pequeño chubasco.
— ¡Kim! — Escucho la voz de Jeon llamarme a unos metros de mí. — ¡Creo que deberíamos regresar!
Asiento con la cabeza y observo cómo Jungkook empieza a descender con extremo cuidado. Antes de seguirlo, le dedico una última mirada a la meta, cayendo en cuenta de que estoy más cerca de la cima qué del suelo. Miro hacia abajo luego de haber pasado unos segundos envuelto en mis pensamientos, bajo las expectantes miradas de los que esperan por mi descenso.
Un poco de lluvia no hará que me detenga.
Retomo mi camino hacia la cima ignorando los gritos de los demás, la lluvia sigue empeorando al punto de que las rocas se han vuelto resbaladizas y es un poco difícil agarrarse bien de ellas. Ver la bandera ondearse en el punto de meta me hace recordar que, aunque es difícil, no es imposible. Sin esperar más, decido tomar otra ruta y escalar con rapidez hasta que finalmente me encuentro a tan sólo unos metros de la cima. Estiro mi brazo en un intento de sujetarme y asegurar mi agarre, pero ninguna de las rocas pertenecientes zona a la que he llegado parece ser estable, obligándome a sujetarme de la más cercana a mi persona, llevándome la sorpresa de qué esta se encuentra aún más resbaladiza que las que he escalado hace unos segundos atrás.
