Stupid Whore #1

Tom Riddle's POV

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La Primera Prueba

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Jugueteo con el cigarrillo entre mis dedos sacudiendo las cenizas mientras camino hacia la sala común de Slytherin, la cual sé que está sola ya que llevo un buen rato buscando el momento perfecto para fisgonear en una habitación que nunca está disponible para mí cuando estoy desocupado; hasta ahora, que es el momento perfecto para investigar.

Voy hacia las escaleras principales que guían a las habitaciones. Me desvío hacia la subida de la izquierda y evado descaradamente a los cuadros que cuidan que los chicos no pasen hacia los dormitorios femeninos, pero aunque me ven no me dicen nada. Incluso me saludan, y me dejan avanzar.

Me sé el camino de memoria a su habitación, entonces continuo silenciosamente hacia ella dando otra calada y repugnándome nuevamente. Como siempre. Miro el cilindro de reojo y pienso en que tal vez algún día lo deje, aunque dudo que sea pronto. Por mucho que me irrite, tengo cosas más importantes en las qué concentrarme, y pasar por un extenso proceso de abstinencia no es una de ellas.

Llego a su puerta, la cual es imposible de no reconocer, ya que sus iniciales están grabadas en plata. AGL. Me pregunto dónde está la Y. Desaparezco la colilla con un silencioso Incendio antes de colocar mi mano en la perilla y girarla. Está cerrada. Es irónico cuando siempre se le olvida hacerlo, y soy yo quién debe pasar el seguro. Suspiro, pensando en todos los hechizos que conozco para abrir disimuladamente una cerradura, pero una mejor idea viene a mi cabeza.

Golpeo suavemente el marco de la puerta antes de sacar mi varita y aparecerme en las afueras de Hogwarts, cerca de la estructura que construyeron hace poco para el torneo de los tres magos: un evento que siempre me ha parecido interesante, a decir verdad. Y este año fue llevado a otro nivel al no ser solo de tres.

Cinco participantes, en los que uno de ellos es esa extraña castaña que por alguna razón siempre está metida en situaciones problemáticas, y a pesar de que habla como un loro, sabe mucho más de lo que dice. Debo admitir que me genera cierta intriga.

Desde donde estoy se escuchan los eufóricos gritos del público, y se ve el lejano celaje naranja del fuego de un dragón. Estuve en lo más alto de las gradas cuando Diggory salió en busca del huevo de oro, y basándome en eso me hice una idea de cuanto tiempo tenía hasta que el evento terminara, por lo que asumí que para ese momento, la carpa de concursantes ya estuviera vacía.

Sé que me equivoqué cuando entro y lo primero que veo es a ella, sentada sobre un taburete con sus piernas cruzadas y sus ojos fijos en mi. Pareciera que incluso me sintió desde el otro lado de la carpa por lo brusca que es su reacción cuando entro.

Aunque me impresiona verla ahí, no lo demuestro y mantengo mis gestos apacibles. Entro con mis manos dentro de mis bolsillos, apreciando como su rostro se desfigura con alivio. La noto más pálida de lo que es, y sus labios no tienen ese color rosado que acostumbro a ver en ellos. Se ve cansada, asustada, y su primer impulso es levantarse cuando llego; lo noto por la forma en la que se sobresalta su cuerpo, pero no lo hace y permanece sentada.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta, queriendo parecer tranquila  —. Podrías meterte en problemas si alguien te ve aquí dentro... — intenta ser sensata, cuando se le ve en toda la cara que solo verme la hizo bajar sus abismales niveles de estrés. No llegué hasta ahí con la intención de hacerla sentir mejor, pero ahora que lo estoy, no puedo simplemente decirle que llegué en el momento erróneo, ya que no me conviene en absoluto; pero como sé lo sentimental que se pone a mi alrededor, puedo convencerla fácilmente de que llegué ahí con toda la intención de hacerla sentir bien. Va a creerme.