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17 de Abril.
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—¡Kae! ¡Llegué!  -Albedo corrió hacía él en un segundo mientras traía una mochila que se veía muy pesada- Perdón por llegar tarde, estuve juntando cosas para que no nos falte nada.

El de pelo azul asintió y empezó a armar la tiendita con la ayuda de Albedo. Tuvieron que intentarlo muchas veces porque no sabían dónde iba qué. Pero al final la armaron bien, aunque ya estaba atardeciendo. Apurados, empezaron a armar una fogata, ya que casi no había luz. Y usaron la clásica de los malvaviscos.

—Albedo, ¿Quieres jugar a las preguntas? -el contrario aceptó- ¿Cuántos años tienes?

—Tengo dieciséis, ¿Y tú?

— Diecisiete, es tu turno.

Albedo hizo un 'mmm' mientras pensaba su pregunta. —¿Haz tenido novia o novio antes?

—No, eres el primero que tengo.

—¿Oh? ¿Somos novios?

Albedo le miraba con una sonrisa pícara y Kaeya se avergonzó al instante de su tan honesta respuesta. —Yo... -no podía decir nada, nunca le había invitado a salir.

El rubio río. —Está bien, seré tu novio. Tu primer novio. —Albedo lo dijo con un aire orgulloso y luego se acostó en el suelo y miró las estrellas.— Para ser honesto, nunca me había enamorado de nadie. —Kaeya le miró curioso.— Eres ... Mi primer amor. La verdad nunca pensé que un chico tan lindo como tú saliera conmigo.

—Siento lo mismo. Eres muy lindo, Albedo.

—Me haces sonrojar, Kae. Me haces sentir tan especial. Quiero más de ti incluso cuando estamos pegados, no sé cómo explicarlo con exactitud. —Kaeya observaba a Albedo con los ojos iluminados, quién volteó a verle— Sé muy bien lo que quieres. Sé que quieres conocerme.

Kaeya abrió los ojos sorprendido ¿Cómo lo sabía?

—Entonces —continuó— Sigamos con las preguntas, ¿Quieres?

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El chico azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora