Una oportunidad

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Bien, tenía una oportunidad para contarle por carta como comenzó todo, así que preparó un dulce de regaliz de los preferidos de Herms y comenzó a escribir...

Recién comenzaba 6 año, de hecho era la noche del banquete y Hermione decidió salir a tomar aire fresco, extrañamente este año se sentía más distanciada de los chicos, Ron seguía siendo Ron, pero Harry estaba tan concentrado en la guerra que se acercaba que ya no podía hablar con nadie y si lo hacía veía conspiraciones por todos lados. Por su parte, Herms sólo lo veía desde afuera, sentía como Voldemort indirectamente se llevaba su juventud y la de sus amigos, lo que serían sus mejores años en Hogwarts siempre giraban en torno a él.
En eso pensaba cuando lo vio, era alguien a lo lejos tirado en el suelo, sangrando...

Draco había recibido su marca en las vacaciones y estaba tan avergonzado, no quería que nadie la viera, toda la tarde durante el viaje en el expresso la había ocultado como un maniático y una vez llegados, se escapó del banquete de bienvenida e intentó quitársela con un hechizo, pero estaba protegida y solo dañó los bordes y los cortó, pero había sido más profundo de lo que creyó y se desmayó pronto antes de poder conjurar un hechizo que lo sanara.

Hermione se acercó muy cauta y al iluminarnos con un lumus vio el cabello casi plateado que delataba a leguas a su portador Draco Malfoy.
Se encontraba tirado en el suelo y se desangraba por lo que ella no se vio capaz de dejarlo.
Lo movió un poco, pero no reaccionaba, así que tomó su brazo herido pensando si conocía algún hechizo sanador para eso cuando vio la marca tenebrosa y lo soltó de inmediato, asustada.
En ese momento Draco despertó algo somnoliento y apenas la vio de refilón.

-Voy a levitarte hasta la enfermería- le dijo alejándose de él.

-No, Granger, por favor, solo... vete.

-No puedo dejarte Malfoy, estás herido- dijo indolente casi dándose la vuelta.

Entonces Draco la tomó del tobillo y la miró.

-Por favor, no quiero que... la vean... es horrible- dijo con el rostro tan consternado que a Herms le dio pena.

Ella se arrodilló a su lado muy contrariada y rasgó su propia túnica, conjuró agua con la barita y envolvió su brazo herido con cuidado.

-Levántate entonces, al menos debemos ir al baño para curarte correctamente- para sorpresa de Hermione, Draco obedeció sin chistar e intentó levantarse, aunque con dificultad.
Hermione lo ayudó un poco a estabilizarse y el comenzó a caminar mareado, así entraron y se dirigieron al baño de Mirtle la llorona, que Herms sabía por experiencia que siempre estaba vacío.

-Desde allí Herms conjuró su viejo bolso de cuentas, ahí siempre guardaba medicinas, presentía que en futuro le iba a servir mucho.

-Lo curó precariamente y se retiró al banquete de nuevo, dejándolo sentado, mirando a la nada...

Ninguno de los dos pudo continuar como si nada, ella sabía su secreto,  pero el se veía arrepentido y sobre todo muy atormentado, así que Herms no podía dejar de vigilarlo, se sentía responsable por no entregarlo.

Un día como cualquier otro, le llegó una túnica nueva, como había rasgado la suya para vendar a Malfoy, se las tuvo que arreglar de distintas formas sin ella y ahora el correo le traía una nueva como si nada, de su talla y muy buena calidad, con una nota que decía:

Gracias
D.

Así comenzó... si quieres saber más puedes venir, te hablaré con la verdad, no abandones el caso de Aidan, necesita de tu comprensión más que nadie.
Hasta pronto Granger.
D M

You're so fucking special Where stories live. Discover now