Taehyung y Jungkook eran catalogados como la mejor pareja. Hasta sus familiares y amigos habían fracasado en el amor, menos ellos o eso pensaban. Vivían en su burbuja de amor pero cuando la realidad les pegó, choco muy fuerte en esa relación.
¿Estab...
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—Eso lo puedes dejar aquí —dijo taehyung al señor que lo estaba ayudando mientras visualizaba como quería que quede las sillas en su cafetería.
Ya había pasado casi un año de su separación con Jungkook y aunque al principio fue difícil en todos los aspectos pudo lograr salir de esa y hacer lo que anhelaba desde muy pequeño.
Jungkook no era un impedimento para hacerlo, es más; siempre lo impulso a que lo hiciera pero los miedos de castaño eran demasiadas.
Sin embrago miralo hoy en día, organizando todo para su apertura de su nueva cafetería. Estaba a casi nada de que sus sueños se hicieran realidad y él aún le costaba creerlo.
—Señor Kim ¿Donde ponemos los cuadros? —pregunto uno de sus trabajadores.
Si que la tenía difícil pero no imposible. Se dijo él mismo y suspirando se fue a ver qué pasaba con los adornos.
Mientras que a Jungkook también le ha ido bien.
Al igual que Taehyung, para Jungkook los primeros meses fueron demasiado complicados, acostumbrarse a estar sin la compañía de, lo que creía, su amado era difícil no obstante también pudo salir de esa depresión.
Después de haberse desahogado con Namjoon en su estudio fue lo más tonto que hizo, según él, ya que desde ese instante Jin y su esposo se habían encargado de él, como un pequeño niño. Le ofrecieron que vivieran juntos por un tiempo, para que no se sienta solo, pero terminó rechazandolo por que no quería incomodar a la pareja recién casada.
Ambos lloraron, gritaron y desearon que todo fuera una triste y horrenda pesadilla pero lamentablemente no lo era.
Pero ahora estaban bien, durante algunos meses Yeontan se quedó con Taehyung, acordando que se quedaría con el por un tiempo, solo hasta que sus corazones sanar por completo pero después de semanas, ambos se contactaron para acordar cómo sería con Yeontan.
Quedaron que fin de semana se quería con Taehyung y los días particulares estaría con Jungkook.
Y como justo hoy día era Domingo, Jungkook tenía que pasar a recoger a Yeontan.
Taehyung se apuro en pasar por su madre, quién tenía a Yeontan, y llegar a su casa lo más pronto posible para esperar a Jungkook.
Pasaron como dos horas y la puerta fue tocada, pronto los ladridos de Yeontan se hicieron presentes y Taehyung corrió para abrir la puerta.
—Hola Jungkook —dijo con una sonrisa enorme mientras se limpiaba la cara que estaba manchada de harina, esta de más que él y la pastelería no se llevaban bien.
—Hola —respondio de lo más normal y se apuro en cargar a Yeontan que dejó de ladrar cuando se dio cuenta de quien era. —¿Estás bien? —pregunto viéndolo raro.
—Si, si —repitio —no te preocupes —hablo mientras regresaba a la cocina.
Se adentraron a la casa y fue una mala idea de parte de Taehyung invitarle a quedarse a cenar.
Pero, ¡vamos! Eran amigos y padres de un canino.
No obstante esa cena termino en besos y más que simplemente toques.
Lo catalogaron como un error y se prometieron que no iba a volverlo hacer sin embrago tiempo después, como todos sospechaban, volvió a suceder, una y otra vez hasta que se cansaron de solo tener sexo sin compromiso.
Pero aún así no volvieron, dejaron que las cosas fluyan por si sola.
Si la vida quería, volverian pero mientras no iba a forzar las cosas.
Y así fue como está triste historia había terminado.
—Fin—
Muchas gracias a todos por su apoyo a la historia y es que por ustedes es por lo cual puedo sonreír uwu.
