8. Tomar riesgos

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Tres semanas después

Mónica

Entro a la oficina de la fundación y me siento para comenzar a revisar los últimos casos que nos habían llegado.

-¿No crees que ya es un poco tarde para que sigas trabajando?-, dice Mateo recargándose en el marco de la puerta.

-Lo dice él que se quedó con los niños hasta esta hora.

Se inclina de hombros. -Es más entretenido tocar la guitarra para niños, que revisar papeles.

Me paso una mano por el hombro, ya que me dolió por un momento.

-¿Cómo sigues?-, me pregunta y se sienta en el sofá.

-Pues, la verdad, no sé cómo es que tú te recuperaste tan rápido.

-Bueno, yo tampoco, pero aquí estoy-, suelto una pequeña risa. -¿Puedo ver?-, pregunta y lo volteo a ver. -Tranquila, te juro no intentaré nada-, sonrío y asiento.

-Claro-, me levanto y él se acerca a mi, poniéndose a mis espaldas. Me descubro un poco el hombro, donde tenía un golpe de Braulio, que era uno de los que más dolían.

Segundos después, comienzo a sentir el tacto de su dedo sobre mi piel y la sensación de una corriente eléctrica atraviesa todo mi cuerpo.

«Mónica, ¿Qué te pasa?»

Carraspeo y él ríe y se aleja para recargarse en el escritorio.

-Pues ya no está tan mal-, sonrío levemente. -Podría estar peor.

-Supongo-, él inclina la cabeza. -¿Qué?

-Deberías relajarte.

-Estoy relajada-, entrecierra los ojos. -Bueno, tampoco es muy fácil si no sé quién lo mató-, él asiente.

-Lo entiendo-, se levanta.

-¿Qué haces?-, abre la vitrina y saca una botella de vino y dos copas. -¿Cómo sabías tú qué estaba eso ahí?-, se inclina de hombros y deja las cosas sobre el escritorio.

-La verdad no es tan difícil pensando que tienen vidrio en las puertas, ¿Sabes? No es un gran misterio-, volteo a verlas y río.

-Cierto-, él ríe y sirve vino en ambas copas, lo miro dudosa. -Estoy trabajando, no-

-Vamos, por una copa no se va a venir la fundación abajo, sirve que te relajas y piensas mejor-, sonríe. -Estoy cobrando los disparos que me debes-, río.

-Está bien-, me da la copa.

-Ya casi es Navidad-, le digo buscando algún tema de conversación.

«No es cierto, se lo dices porque quieres saber que hará ese día.» Dice mi conciencia, pero la ignoro.

-Si-, le da un trago a su copa.

-¿Lo pasarás con tú familia?-, él sonríe.

-¿Por qué tanto interés, Sandoval?

-Nada más, sólo preguntas-, él asiente con una estúpida sonrisa en la cara.

-Bueno, la verdad es que Navidad no es mi época favorita del año.

-Pero, es la época favorita de todo mundo.

-Entonces yo soy diferente a todos-, río.

-¿Puedo preguntar algo?

-Si te digo que no, ¿Lo harás aún así?

-Si.

-Entonces hazlo.

NADA ES LO QUE PARECE - LA DOÑA 2 (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora