NADA ES LO QUE PARECE - LA DOÑA 2 (en pausa)

10. Recuerdos

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Mónica

-¡¡¿Qué tú y quién hicieron qué en dónde?!!-, fulmino a Dani con la mirada por lo alto que lo había dicho.

-Grítalo más alto, creo que no te escucharon en la siguiente calle-, sonríe apenada.

-Lo siento, es que... Estoy sorprendida, es todo. Es decir, sabía que pasaría-, la miro. -Solo que no tan rápido.

-¿Qué?

-Dale boluda, que no será tan obvio pero vos y Mateo se traían ganas, desde hace rato ya. Aunque de hecho él si era un poco más obvio, los hombres son malos para disimular.

-Ya, bueno, dejando de lado eso, Altagracia entró justo cuando nos estábamos vistiendo-, ella suelta una gran risa. -No es gracioso-, digo seria.

-Si lo es-, suspiro.

La verdad es que si es gracioso pero no tanto cuando fuiste tú la que estuvo en esa situación.

-Lo más raro fue lo que pasó después.

-Dios, desaparezco unos días por ir a visitar a mi familia y a vos te pasa de todo.

-Yo también quisiera que no me pasaran tantas cosas.

-Tranqui, dale, contame.

-Cuando salí yo...-, carraspeo. -Vi a alguien muy parecido a Saúl, de verdad, podría jurar que era él.

-Mona...

-Lo sé, lo sé, mi mamá ya me lo dijo, pero es que... De verdad, era él.

-O tal vez era la culpa-, la miro con duda.

-¿Culpa de qué?

-Bueno, vos te metiste con Mateo y tal vez tú subconsciente se sentía mal por eso, haciéndote pensar que Saúl aún sigue ahí y que no debiste haber hecho eso, por respeto a él. No sé, es solo mi idea-, asiento.

En eso, unos pequeños golpes en la puerta nos interrumpen.

-Hola-, le decimos ambas a Mateo, que se recarga en la puerta.

-¿Puedo pasar?-, asiento.

-¿Quieren que los deje solos?-, Mateo mira a Dani y ríe.

Honestamente, estos dos son muy parecidos en cuanto a personalidad, no sé porque no se fijó en ella.

-No, yo tengo que ir con los niños en un rato, solo quería preguntarle algo a Mónica.

-Bueno, no importa, igual los dejo-, se levanta. -Voy con Diego a ver los nuevos casos-, me dice antes de salir.

-Gracias-, ella asiente y después veo como se aleja. -¿Qué pasó?-, le pregunto después a él, pero lo noto raro.

¿Está nervioso?

-Verás, quería ver si saliendo de aquí tú... Bueno-, se queda callado unos segundos. -¿Sabes qué? No importa-, se levanta.

-¿Nervioso Navarrete?-, sonríe y se pasa una mano por el pelo.

-Yo nunca me pongo nervioso, Sandoval-, me reta.

-Solo cuando viste a Altagracia Sandoval de frente, ¿No?-, me mira entrecerrando los ojos.

-Tú también le tenías miedo.

-Pero tú cara fue superior a todo-, ríe por lo bajo. -Pero en serio, dime-, me causa gracia verlo así, las veces que lo he notado nervioso son contadas.

Pasa una mano por detrás de su cuello, para después acomodarse el pelo y terminar con un suspiro, como si estuviera buscando las palabras correctas.