Un Viaje A Los Sentimientos

El oro del miedo

El miedo se acumula como si fuese una pequeña piedra de oro que guardamos, cada instante del mas mínimo temor recogemos una de esas piedras con las que nos cruzamos y las guardamos en un frasco como si fuesen lo mas valioso, muchas veces las recogemos con tal disimulo para que nadie note que ante nosotros encontramos la pequeña y brillante pieza de oro.

Muchas veces nos cruzamos con piedras de oro que no nos dejan avanzar a menos que decidamos romperlas para poder cruzar por  el camino de la vida y muchas veces aun así tendemos a recoger un trozo de la piedra para recordar que le hemos superado intentándonos convences de algo que en el fondo sabemos que nunca será como queremos creer.

Y así sin importar que tan grande o pequeña, si lo evitamos, ocultamos o enfrentamos acumulamos parte de ese oro en un frasco que atesoramos hasta que un día que no esperábamos metemos tanto y queremos seguir metiendo mas que el frasco empieza a tener cada vez mas triza duras en el realmente valioso vidrio, pero somos ciegos que seguimos... y seguimos fingiendo ceguera y sumamos y sumamos oro hasta que el frasco no da mas y simplemente explora dejando todas las piezas de oro regadas por el suelo de la habitación. 

Con heridas sangrantes en los pies, cortes en las manos y nuestros miedos flotando sobre nosotros atacándonos donde ellos saben que nos duele y ante lo que jamás nos atreveríamos a enfrentas nos damos cuenta de lo idiotas que hemos sido porque nunca fue oro, solo teníamos pequeños y grandes tozos de la nada valiosa pirita. 

La tormenta de pirita que nos rodea nos encierra en una densa nube de brillo falso del que parece no haber escapatoria, aun así no todos serán capaces de ponerse en pie. pero habremos otros que aun con dolor por las sangrantes heridas, damos pasos tambaleantes sobre las duras piedras de pirita y los afilados trozos de vidrios que rompen y dañan aun mas nuestros pies, pero aun con el dolor y lagrimas en los ojos das cada paso aun con dudas, aun temiendo detenerte, aun temiendo no poder enfrentar aquello que aun sientes que es valioso para ti aunque su valor sea tan mínimo. 

Cuando salimos de en medio de la espesa nube que nos rodeaba encuéntranos ante nosotros algo aun mas brillante a lo que siempre recogimos, encontramos algo que realmente es valioso, encontramos lo que realmente queríamos coleccionar y que sin importar cuantos recojamos nunca seremos capaces de llenar el frasco y romperlo, porque cuando recogemos el verdadero oro de la superación, la confianza  y el amor este solo se multiplica para que podamos compartirlo con otros para que así también puedan dejar de recolectar pirita y empiecen a recolectar oro.