"MARCADOS"

III

Tenía los nervios a flor de piel. Inspiré varias veces hasta calmar mi respiración y entrar en el edificio. Preferí no mirar atrás y enfrentarme de una vez por todas a lo que me esperará al final del pasillo.

El pasillo estaba iluminado con luces neón en las aperturas q tenía el techo justo con la pared y lo mismo pasaba en el suelo. Cambiaban con el tiempo. De azul a rosa, de rosa a verde, de verde a...
Decidí dejar de prestar atención para avanzar por el oscuro pasillo hasta la puerta.

La puerta metálica me atraía de cierto modo peligroso. Rayos del exterior se reflejaban en ella de forma que parecían cobrar cierta vida. Se movían con total libertad como ondas en el mar de un lado a otro.
Respiré hondo aún a sabiendas de que lo que me esperaba tras la puerta marcaría un principio y un fin en mi vida. Toqué el pomo con nerviosismo y....lo abrí.
***

Estoy en una esquina de la barra sentada mirando fijamente la bebida. Es extraña y atractiva. Su sabor es dulce y a la vez con un toque amargo. Es algo exótico y salvaje. Pero he vuelto a olvidar su nombre. Lo acabo de un trago y levanto la mano para atraer al barman.

-Preciosa, esta ya es la tercera. Lo que tienes que hacer es conseguir contactos no terminar borracha.-ríe ante su comentario y me mira divertido.

-¡Bah! Yo quiero otro.......-miro fijamente al vaso intentando recordar su nombre.

-¿Margarita Blue?-pregunta sonriendo.

-Sí-frunzo el ceño y lo miro mal porque sé que se está mofando de la situación. Miro a mi alrededor por primera vez en toda la noche.

El local es moderno. La gente viste de noche con vestidos extravagantes y llamativos. La mayoría está en la pista de baile bailando....hmm... "Ping Pong Tremor" de Martín Garrix. No entiendo como se puede bailar este tipo de música;pero bueno, en fin.
Esta casi todo a oscuras por lo que casi no se pueden ver los sofás negros acolchados. La barra del barman viste luces neón de modo a da algo de luz al sitio. Ahora va mi pregunta ¿Como consigo yo contactos a oscuras? No tiene sentido.

Me giro para seguir discutiendo con el barman el tema de la bebida cuando veo que ya esta sobre la encimera. Mi alegría sube cuando mis labios tocan la suave textura de la bebida; pero mis ojos se fijan en algo fuera de lo normal. Bajo la bebida. Un tipo del fondo levanta la cabeza con un cigarro en la boca y me sonríe con arrogancia y un movimiento de cabeza. No se acerca pero tampoco deja de mirarme. No sé que hacer;me acerco a hablar o me levanto y busco un contacto.

La promesa hacia mi padre me carcome así que con todas las fuerzas que tengo me levanto y me acerco a una chica de vestido largo. Me observa detenidamente de arriba a abajo y me siento una miseria a su lado.
-Hola,mi nombre es....-empiezo a hablar cuando me corta despectivamente.
-Ya sé quien eres. No tengo tiempo.-se gira bruscamente y anda moviendo sus caderas hacia una mujer alta.
¡Pero quien se ha creído esta!

Noto pasos a mi izquierda acercándose y decido no prestar atención; estoy noqueada. Sus manos pasan por mi cintura y para cuando voy a darle un codazo me doy cuenta de que lo que está haciendo es darme un papelito. Su cabeza se acerca a mi oído lentamente mandando corrientes eléctricas por mi cuerpo.
-Sal ahora y esperame en el callejón de al lado.-susurra moviendo algún que otro mechón de mi cabello. Se separa repentinamente acariciando mis brazos.

No sé a donde ha ido y aún así me quedo estática. ¿Voy o no voy?¿Y si esta es la salida a todos mis males?

Decido hacer por primera vez en la vida lo que me marca el espíritu y no la razón. Decido empezar a vivir de una vez y no fingir. Y por primera vez rompo todas las reglas sólo por seguir a mis inciertos ideales. Decido elegir yo mi futuro. Decido valerme por mi misma y camino erguida hacia la puerta metálica que se abre por mi empujón. No sé si me miran y tampoco me importa. Por primera vez soy yo y no otra persona.¡A la mierda con todo!

Voy al callejón que me dijo el chico. Me entra el pánico. Pánico a lo desconocido. Pánico a salirme de la rutina diaria. Pero no le hago caso. Espero y espero pero nadie se digna a aparecer. Es en ese entonces cuando me pregunto: ¿dónde me he metido?