Sobraran metáforas, pero el amor se me asemeja a la noche. Parece infinita, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos se esfuma, con un ciclo propio del que no tenemos manejo de su tiempo, destello, acogida u oscuridad. Llega en su momento y también se va para darnos el nuevo despertar, aunque pese despertar.
— Amor de madrugada