un Uchiha

758 32 1
                                    

La lluvia escurría por su máscara, la cual tenía una forma de cuervo algo aterradora, pero cumplía con su objetivo, que era distraer y aterrar a sus oponentes. Sin duda, la vida como mercenario era muy peligrosa. Apenas podía visitar el orfanato donde estaba su pequeña hermana. Su caminata poco a poco se volvía más lenta debido a las múltiples heridas producidas por cortes y perforaciones de balas. "Maldita sea", expresó. Todo su cuerpo se sentía como si quisiera morir en ese instante, pero todo este dolor valía la pena. Con lo que ganó en esta última misión, podría sacar a su hermana de ese horrible orfanato y se irían lejos a vivir una vida tranquila. Sus rodillas cedieron, cayendo al suelo. "Hermana", susurró mientras su visión se volvía borrosa, dejando en claro que pronto llegaría la inconsciencia y, por ende, la muerte. "No moriré aquí", se dijo, forzando a su cuerpo a seguir adelante, como muchas veces lo había hecho. Estaba cerca del lugar donde residía, y cuando llegara ahí, podría curar sus heridas. No podía ir al hospital; sería raro ver a un niño con cortadas y agujeros de balas en su cuerpo. Por eso, a menudo se curaba él mismo. "Solo un poco más".

"¡Mira a esta desgracia durmiendo con su pequeño hermano en este lugar!", escuchó a alguien decir. Rápidamente, Sasuke se ocultó en uno de los botes de basura más cercanos.

"Por favor, déjenos en paz. Solo queremos dormir hoy", respondió una voz temblorosa, que pertenecía a una mujer, o mejor dicho, a una niña.

"¡Cuántas veces te hemos dicho que te largues de aquí! Estos son nuestros territorios", se escuchó un golpe seco, casi como una patada. "O quizás quieras algo más que dormir aquí, ¿no lo crees?", añadió el otro con malicia. "Agárrenla. Daré a esta mocosa lo que quiere".

"¡Por favor, suéltenme!", suplicó la niña, pero una fuerte cachetada la calló.

"¡Cállate o tu hermano pagará las consecuencias de tus actos!", amenazó el agresor. Sasuke, desde su escondite, observaba la escena con ira.

"Maldito bastardo, muere", pronunció Sasuke, emergiendo de su escondite y atravesando al agresor con una katana. "Ahora, lárgate", le ordenó, sacando la katana del pecho del sujeto.

"Tú, maldito", gritaron los amigos del agresor, sacando unas navajas.

"¿En serio creen que unas navajas pueden contra mi katana?", lanzó Sasuke unos kunais que tenía en su bolsa, atravesando los ojos del que sostenía a la niña. "¿Estás seguro de que quieres seguir?", desafió al último agresor, quien al ver la determinación en los ojos de Sasuke, optó por huir, pero una bala atravesó su cabeza. "En serio creíste que dejaría testigos", murmuró Sasuke, siguiendo una de sus políticas de eliminar a todos los que lo habían visto. "Ahora..."

"¿Qué vas a hacer?", interrumpió la niña, abrazando protectoramente a su hermano. "Aléjate".

"Cállate, me haces doler la cabeza", replicó Sasuke, antes de caer desmayado sobre la rubia, dejándola confundida y preocupada.

Al día siguiente, Sasuke se despertó sintiendo como si todo su cuerpo estuviera hecho pedazos. "Maldición, ¿dónde estoy?".

"Por fin despertaste, chico", dijo Naruko, sosteniendo una botella de agua y una manzana. "Me preocupé porque no reaccionabas. Deberías comer para recuperarte", le aconsejó, ofreciéndole la mitad de su manzana.

"¿Dónde está mi máscara?", preguntó Sasuke mientras comía. "Dime dónde está".

"Estaba destrozada y no tengo los materiales para arreglarla", respondió Naruko.

"¿Viste mi rostro, verdad?" preguntó Sasuke.

"¿Qué harás?" La rubia estaba preocupada de que el chico pudiera tomar represalias contra ellos. Por suerte, no era tan estúpida; tenía detrás de ella uno de los kunais que le quitó al sujeto muerto.

"Nada", respondió Sasuke, desviando su mirada hacia el cielo. "Si quisiera matarte, lo habría hecho cuando desperté". Observó lo último que quedaba de la fruta. "Esto es lo único que comen", comentó, observando cómo ambos chicos solo comían frutas y agua. "¿Puedes ayudarme a levantarme?". La rubia dudó por un momento, pero al final ayudó al Uchiha. "Vamos a mi departamento".

"¿Tienes un departamento a esta edad?", preguntó ella incrédula.

"Solo camina", indicó él.

A pesar del peso del joven que no solo estaba cargando su cuerpo, sino también todas las armas que tenía, a ella le resultó difícil. Apenas ella y su hermano comían, así que su energía no era mucha que digamos. "Pesas demasiado".

"Tranquila, pronto llegaremos", aseguró Sasuke. Y como prometió, unos dos minutos bastaron para llegar a una pequeña casa escondida entre dos muros. "Entren", invitó, abriendo la puerta. "Pueden tomar cualquier cosa de la cocina", añadió mientras agarraba uno de sus botiquines para poder curar sus heridas.

"¿Estás seguro?", preguntó ella.

"Claro. No me robaron y dejaron que me muriera en medio de ese callejón", respondió. Saliendo de la cocina, fue al baño donde se daría una larga y merecida ducha. Unos 30 minutos bastaron para que se vendara y curara todas las heridas. "¿Qué estoy haciendo?", se preguntó al ver la pistola encima del lavado. "Nadie puede saber lo que hago", murmuró, agarrando fuertemente la pistola. "Debo matarlos. Ellos saben lo que soy capaz de hacer". Temblaba su mano. ¿Acaso sentía algo por esos chicos? ¿Por qué los trajo en primer lugar? Quizás él hubiera podido llegar aquí sin ayuda, o quizás simplemente era porque la chica fue la única que lo cuidó sin pedir nada a cambio desde que se quedó solo. "No puedo permitir que nadie se entere", se dijo a sí mismo. Salió del baño y se dirigió directamente a su cuarto. Al llegar, pudo ver a los dos niños acostados como si fueran pequeños zorros. "Sería tan fácil dispararles y mis problemas desaparecerían", pensó, pero no lo haría. Era desalmado, incluso algo sádico, pero nunca mataría niños o mujeres embarazadas. Si alguna vez lo hiciera, sabría que ya no era humano y se había vuelto un monstruo. "Déjenme espacio, dobe", dijo, acostándose junto a los hermanos.

Naruko solo atinó a abrazar a su pequeño hermano. "Gracias por todo".

"¿Por qué me agradeces?", preguntó Sasuke.

"Nos diste un día con un techo y una cama cómoda. Es más de lo que hemos tenido en años", respondió, dejando a su hermano y volteándose para que el Uchiha mirara sus ojos azules como el cielo. "Así que, gracias".

"No merezco tus agradecimientos", concluyó Sasuke, sorprendido por la inocencia y la gratitud de la joven.

"Eres bueno, aunque no lo muestres, y a veces das miedo, pero sigues siendo bueno en tu interior. Muy en tu interior", le dijo Naruko, dándole una gran sonrisa al Uchiha.

"Deberías guardar tu sonrisa para alguien que lo merezca", respondió Sasuke, acariciando la mejilla de la Uzumaki.

"Aún no sé tu nombre, chico. ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Naruko Uzumaki, y él es Naruto Uzumaki", dijo Naruko.

"Mi nombre es Sasuke Uchiha".

"Bueno, Sasuke, que descanses", dijo Naruko, cerrando levemente sus ojos. "Duerme bien".

"Que descanses, Uzumaki", respondió Sasuke.

rescatando a un zorro (Naruko x Sasuke)Where stories live. Discover now