II

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¡Pero mamá! Hay un total extraño en la pieza de tu hijo y vos no hacés nada, ¿Para qué estás?— Gritó antes de caerse al suelo, del golpe recibido en su rostro por la chancla que había lanzado la mujer mayor.

Ja.— Su hermano la miró tendida en el suelo, de cierta forma fastidiándola.

Calláte vos, me vas a mostrar ese muchacho, ahora.— Demandó a lo que emprendió su caminata hacia la habitación del chico.

Pero...— La siguió con miedo de lo que pudiesen encontrarse en el dormitorio.

Siguió los pasos de su mamá, hasta que la mencionada se detuvo justo en la puerta, antes de entrar a la habitación. Cosa que le resultó extraña a Choi. La mujer volteó a ver al jóven detrás de ella, con una expresión de enojo que Soobin ya conocía muy bien.

El silencio de la mujer comenzaba a poner nervioso al chico, hasta que finalmente habló.

¿En serio?, ¿Trajiste un gato?— Cuestionó la mujer frente al jóven, quien veía aliviado al animalito sobre su cama.

Sí...— Se tocaba el cabello nervioso ante la sencilla reacción de parte de su madre.

¿Ves como me hacen enojarme al pedo?, ¿Cómo mierda tu hermana confundió a un animal con un hombre?— Dijo para sí mientras se alejaba de la habitación por el pasillo.—Mija, ¿Vos sos media boludita o te hacés? En el cuarto de tu hermano no hay ningún pibe, ¿todo bien con vos?— Se oía a la señora discutir con la chica en la cocina.

¿Estás bien?— Interrogó el chico, cogiendo al minino en sus manos. Quien de pronto tomó su forma humana nuevamente, derribando a Choi.

Ah...— Jadeó el individuo, sentándose sobre Choi con tal inocencia a lo que removía su cabello con confusión ante el golpe que se había dado.

¡Salí!— Exclamó al no conseguir empujarle. El masculino encima de él comenzó a acercar su rostro al del joven debajo de él de cierta forma que le extrañó a Choi, a tal punto que el mencionado no pudo evitar decir algo al respecto ante la tensión que sintió de repente. — ¿Y ahora qué hacés?— Ignorándole, comenzó a olfatearle el cabello, al instante estornudado de forma adorable ante el nuevo aroma que percibió.

Pucha, ese sí es un pibe.— Comentó la madre del chico, parada en la puerta de la habitación.

¡Mamá, estás ahí!— Alarmado, se las arregló para levantarse aún sin conseguir quitarse al chico de encima, de cierta forma quedando en una posición ''peor''.

Yo venía a buscar la plancha, pero si tenés algo interesante que comentarme acá estoy.— Rió irónicamente a la escena mal interpretable que se acababa de encontrar.

¿Mamá?— Cuestionó el de mirada inocente, viendo a la mujer.

Sí, yo soy su mamá, ¿vos quién sos?— Interrogó dedicándole una sonrisa a la inocente expresión chico, quien en cuestión de instantes le devolvió la cálida sonrisa, pero antes de poder darle una respuesta a su pregunta fue interrumpido por Choi.

Ma, no es lo que vos pensás.— Habló el otro chico, forcejeando con el otro para que se quitase de encima. Yeon al no comprender se paró de pie, permitiéndole a Choi hacer lo mismo.

Pero no lo empujes así, verte con él ya te ví, ¿para qué querés disimular ahora?— Rió irónicamente, viendo la expresión de su frustrado hijo.

Yo no estoy con él.— Reafirmó.

Ah mirá vos, ¿te gusta lo casual?— Rió al ver la expresión que pudo su hijo ante tal pregunta.

¡No!— 

¿Entonces? Explicáte.— Exigió al no entenderle.

No tengo nada que explicarte a vos, no hay nada entre nosotros.— Miró al otro chico, quien puchereó a la mirada de enojo de Choi.

A ver, vos sabés que yo te quiero, ¿no?— Tomó de los hombros al jóven, tratándo de hacer contacto visual con él.

Mamá...— Lloriqueó, ya estresado con toda la situación.

Mirá, o me interesa si te gustan los pibes, las pibas o los duendes, siempre y cuando no me mientas, ¿bueno?— Lo tomó del rostro, fastidiosamente apretándole las mejillas.

Sí, dale, lo que quieras.— Quitó las manos de su madre de su rostro y salió caminando de la habitación.

¿Querés un mate?— Habló la mujer, rompiendo el silencio incómodo que hubo luego de la salida de su hijo. —Dale no seas tímido, ¿no tomás mate vos?— 

¿Mate?— Frunció el ceño al no entender de qué le estaba hablando la femenina.

No... Pará, pará, pará. ¿No sabés lo que es el mate? Me muero, ¿de qué planeta viniste?— Comenzó a hablar exagerándolo todo, cosa que asustó al chico, quien seguía confundido con ese tal ''mate''.

Eh...— Se alejó levemente ante la escena que había montado la mujer, sin lograr mucho ya que ni bien retrocedió un paso la contraria le tomó del brazo.

Vení, vamo' a tomarnos un mate, ésto no puede ser.— Le jaló de arrastro hacia la cocina de la casa, donde se puso a buscar lo necesario para preparar dicha infusión. —Sentáte, yo no muerdo.— Comentó sarcásticamente a lo que escuchó la puerta principal abrirse y volteó.

Mi gato dijo concha.Where stories live. Discover now