Capítulo 2 - La propuesta

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La incredulidad y la incertidumbre era  lo único que se podía percibir en la arena, o lo que quedaba de ella. Ya no habían espectadores sentados, algunos perdieron su vida durante la aparición de Mordreg, los que quedaban huían del lugar luego de la amenaza del heredero de la destrucción. Pronto las graderías se quedaron vacías y en silencio, los únicos que permanecían en el lugar eran los finalistas, Marcus y Sapphire.

El joven de ojos grises y resplandecientes fue a liberar de las raíces a ambos, ellos ya habían recobrado la consciencia, pero sus armas se encontraban lejos y no habían logrado soltarse. Este cortó con mucha facilidad sus ataduras y les lanzó las armas que habían dejado caer.

–Debemos ayudar a los otros, parece que aún no han despertado.

-Vamos, tenemos que ayudar a los heridos –se adelantó Marcus– Sapph, ya sabes que hacer.

-Entendido –respondió al levantarse y se alejó de los demás.

Jay y Marcus reunieron, poco a poco, a los otros participantes para que fueran tratados por Liz, mientras, Sapphire investigaba todos los alrededores del coliseo en busca de alguna pista del autoproclamado heredero del arma legendaria.

- ¡Demonios! No entiendo cómo pudo desaparecer sin dejar rastro alguno, nunca antes había tenido problemas encontrando el camino de migajas de pan que dejan las personas. –murmuraba, al recorrer el punto donde se había esfumado Mordreg.

-Tal vez no logres encontrar uno por que no existe. –un susurro se deslizaba lentamente por sus oídos; parecía que el mismo viento le respondía.

Tomó su lanza y giró sobre sí misma haciendo danzar la hoja curva de esta en el aire, formando un círculo hasta llegar al punto donde inició. Sin alcanzar algo tangible a su alrededor, bajó su lanza y pensó que el daño que el daño que recibió en la pelea anterior era más de lo que creía.

Una pequeña risita burlona se volvió a deslizar por sus oídos y en un instante sintió un objeto afilado y frío en su garganta. Una sensación de impotencia mezclada con ira recorrió su cuerpo en cuestión de segundos, su respiración se detuvo y se aferró al mango de la lanza con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron blancos. Intentó ver sobre su hombro, a través de sus rizos marrones y pronunciados, quién sostenía el arma, pero se sorprendió al no encontrar nada. No podía ver nada en su cuello, tampoco había alguien atrás, pero sentía una hoja afilada presionando su piel.

-Creo que deberías soltar esa peligrosa lanza, o lastimarás a alguien Sapph –la risita se volvió una carcajada y de repente una silueta negra y encapuchada se materializó detrás de ella.

Sapphire golpeó hacia atrás con su codo, haciendo caer una daga al suelo y a un hombre de rodillas mientras tosía con fuerza.

-Maldición –dijo entrecortado– no puedes soportar una pequeña broma luego de tanto tiempo.

La respiración del hombre se normalizaba a medida que pasaban los segundos, se acomodó el pequeño mechón negro que le obstruía la vista y se incorporó de nuevo. Su capa grisácea hondeaba con la brisa del viento y algunas veces parecía desaparecer en su entorno. Extendió enérgicamente los brazos y se acercó nuevamente a la mujer frente a él.

-Seis años sin vernos, ¿Y es así como me recibes? –bufó indignado, con un pequeño deje de sarcasmo.

-Veo que sigues siendo un idiota, Rex –clavó una mirada furiosa en él- Si no fueras tan bueno escabulléndote sin delatar tu presencia, te habría roto la nariz antes de que intentaras una de tus estúpidas bromas.

Sapphire se acercó a Rex y le dio un pequeño golpe en el hombro derecho, su mirada se ablandó un tanto y luego lo abrazó fuertemente mientras ambos reían.

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⏰ Last updated: Mar 29, 2015 ⏰

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