El Club de los Ex Novios ➸ Minsung

❝Capitulo 16❞

—Ya detente– Minho estaba frente a él con mirada suplicante y gesto decidido.

—¿Uh?– Jisung bostezó y buscó el reloj de la habitación, eran casi las dos de la mañana. —¿Por qué me despiertas a estas horas, idio...?– se detuvo al ver la manera en la que Minho se tambaleaba. —¿Bebiste?

En lugar de responder, el pelinegro lo apartó y pasó al interior de la habitación. Sus ojos eran caídos, su cabello desaliñado y sus labios muy rojos.

—Estuve bebiendo con Changbin y Chan. Les dije que ustedes estaban planeando arruinar la boda pero al parecer ya lo sabían– explicó Minho, quitándose los zapatos para luego tumbarse en la cama de Jisung.

—Así que nos delataste de todos modos. Me sorprende que no lo hayas hecho de inmediato– el pelirrojo se metió en la cama también, tenía un poco de frío.

Minho mantenía los ojos cerrados, los brazos extendidos y su respiración se volvía lenta de vez en cuando, como si cayera dormido y luego despertaba de nuevo. Lo observó en silencio con la poca luz que arrojaba la lámpara a un lado de la cama. Jisung había caído dormido mientras leía y despertó solo hasta que Minho llamó con suaves toques a la puerta de su habitación.

Tener al pelinegro ahí lo hacia sentir un conjunto de sentimientos. Culpa, felicidad, miedo... Demasiado para procesar.

—¿Para qué te emborrachas si no sabes manejar el licor?– preguntó con fastidio mientras su mano cepillaba el cabello oscuro del otro.

El momento era demasiado íntimo, incluso más íntimo que haber tenido sexo apenas unos días antes. Le gustaba la sensación que permanecer a lado de Minho le brindaba. Lee siempre le agrado, tal vez mucho mas de lo que le gustaría admitir.

—¿Por qué me quitaste a Felix?– preguntó la voz baja y ronca del pelinegro.

La mano de Jisung se detuvo sobre el cabello sedoso, congelada. Las palabras de Minho habían sido tan bajas que por poco no las escucha. Quizás debía fingir que no las había escuchado.

—¿De verdad lo amabas?– insistió el ebrio, sin abrir los ojos en ningún momento, casi ronroneando cual felino cuando los dedos de Jisung volvieron a acariciar su cuero cabelludo.

—Yo...– de nuevo, las palabras de Han se negaban a abandonar su boca.

Como si tuviese un hechizo que le impedía hablar. Algo amargo cayó sobre su garganta.

Los ojos de Minho se abrieron para encontrar su mirada.

—Te perdoné desde hace mucho– dijo con suavidad.

El pecho de Jisung se aplastó. La mano de Minho se estiró hacia él, sus dedos acariciaron la mejilla del pelirrojo suavemente, un toque apenas pero lo suficiente como para lanzar destellos al cuerpo de Jisung.

—No es como si lo mío con Felix fuese a durar de por vida, sabía que no sería el caso. Felix siempre ha sido demasiado bueno para alguien como yo– la voz de Minho tenía un tono nostálgico.

—No es cierto– por fin Jisung pudo hilar una frase completa.

Sus labios se presionaron en una línea recta. Los ojos de Minho giraron hacia él de nuevo, una sonrisa se dibujo en esos rojizos labios que Jisung tanto deseaba poder besar de nuevo. Si pudiera besarlo una vez más, se aseguraría de hacerlo con calma. Todas las ocasiones en las que pudo saborear esos labios lo había hecho de forma arrebatada y hambrienta. Si pudiera besarlo de nuevo, le gustaría que fuera un beso tranquilo. Algo que pudiera mantener de recuerdo de por vida.

—Siempre supe porqué Felix te eligió– continuó Minho, sus ojos recorrían el rostro de Jisung quien permanecía recostado de costado viendo directo hacia él. —Eres hermoso.