Izuku es un tierno omega, el cual es un aficionado a la herbolaria, pero que su aspecto no te engañe, debajo de esa linda personalidad se oculta un travieso masoquista cansado de ser rechazado por la sociedad, hasta que se muda a un "tranquilo" bosq...
Izuku temblaba de miedo, su situación era deplorable, su vestido se ensuciaba al igual que sus medias, el aire era frío, trataba de moverse, alejarse, sus pies apenas si le respondían.
-Adonde crees que vas pequeño!- Uno de los hombres estaba a unos cuantos metros del peli verde, quien se estremeció y aceleró su paso.
-Déjenme en paz!-
-Tranquilo lindo- el menor chillo, pues este hombre ahora había agarrado su muñeca, evitando que el pecoso huyera -ven con nosotros, la pasaremos bien- acerco su sudoroso rostro al de Izuku.
-El único que se la pasará bien soy yo mientras aplasto tu asquerosa cara contra el maldito piso jodido imbécil- una mano apretaba el hombro de aquel Hombre, quien juraría que vio por el rabillo del ojo al mismo diablo envuelto en llamas.
Segundos después este estaba siendo golpeado bestialmente contra el suelo, pues el rubio lo había agarrado fuertemente de el cabello, empujando su cara contra una roca, la cual se manchaba cada vez más de sangre, Izuku veía aterrado la situación, trataba de hablar pero su voz simplemente no salía.
-K-k-kacc-kacchan!- otros dos hombres llegaron a la escena llenos de rabia, los olores fuertes de furia y sed de matanza dejaron al pobre incapaz de moverse.
-Heh porque siempre te encuentro en situaciones estúpidas deku?- Dejo el cuerpo a un lado y quedó de frente a sus oponentes, golpeo a uno de estos en su tórax dejándolo sin aire, y el otro se lanzó a atacar al rubio, misión fallida pues recibió un puntazo en su rostro que ahora sangraba al igual que su nariz.
-Desgraciado!- con el aire de regreso apunto a Katsuki con su arco, el otro quien limpio rápidamente su sangre de su nariz paso su brazo por el cuello de el oji rubí tratando de hacer que se quedará quieto.
-Escoria débil- Katsuki piso fuertemente el pie de este, se escuchó un crujido, seguramente habría roto sus dedos, pues aflojó el agarre, cosa que aprovecho para zafarse y usarlo como escudo, la flecha dio en su pecho, justo en el corazón.
-Sasa!- el arquero al darse cuenta de que había asesinado a su compañero sintió su cuerpo pesar mil toneladas, el rubio aprovecho el shock del hombre, se acerco para tomar una de sus flechas y se la enterró en el cráneo.
Izuku lloraba, su olor a miedo hacia que Katsuki viera rojo, pues su alfa interior solo le daba una tarea, protegerlo, y claro su mente le decía que asesinara a todos los malditos que siquiera tuvieron las pelotas para poner sus mundanos y asquerosos ojos en SU omega.
Agarro el arco ajeno, apunto a el más cercano, dio justo en su frente, su cuerpo se detuvo en seco cayendo de inmediato, esto fue igual con otros cinco.
-Hey deku, corre a tu casa-
-Q-que no te dejare!-
-Izuku- volteo rápido su seria mirada al pecoso, no se quería separar de el, pero era claro que de ese enfrentamiento no saldría ileso, además los desgraciados andaban armados.
Otras lagrimas se escaparon de sus cristalinos ojos para luego levantarse y huir como podía aun viendo hacia atrás.
Katsuki ahora podía ponerse serio, agarro un machete que traía el primer hombre que golpeo, y se abalanzo a el grupo.
Todos disparaban sus flechas y escopetas, pudo esquivar algunas, pero aun así le dieron en su hombro y brazo, su ropa se tiño de rojo, eso no haría que se detuviera.
-Vengan aquí hijos de puta- sostenía fuerte el arma -LOS MATARE!- dicho esto, le corto un brazo a uno de los perseguidores, haciéndolo gritar, aprovecho que la mayoría se fijo en la extremidad desprendida de este para subir su brazo y enterrar su machete en la frente de otro hombre.
Le dispararon en la espalda -kgh- tiro el cadáver a otro, este se asusto por ver el cerebro de su amigo sobresalir, chorrear sangre y otros fluidos.
Entonces Katsuki lo degolló, ahora solo quedaban cuatro, el rubio no se dio cuenta, pero su espalda y abdomen tenían varios agujeros, agarro un tronco grueso del piso y se lo enterró a un hombre en el pecho con una mano, con otra enterró su machete en el cuello de el hombre contrario.
Su vista de repente se puso borrosa, sus oídos pitaron, había perdido mucha sangre, su mano soltó involuntariamente el machete -tsk- busco rápidamente en su bolsillo, traía consigo una navaja, la lanzo.
-Ha! Mala puntería invesi...- sangre comenzó a salir de el cuello del hombre sin parar, pues había dado justo en una vena, la cortada era lo suficientemente grande para que cayera al piso al igual que katsuki.
Vio como el ultimo hombre frente a el levantaba un hacha y la dirigía a su cabeza, se escucho el crujido húmedo, todo se volvió negro, su frente y su rostro se cubrieron de sangre.
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NARRA IZUKU
Mis pies corrían a lo que daban, mi respiración fallaba de lo agitado que estaba, vi mi casa a lo lejos, la puerta estaba abierta, entre tan rápido como pude.
No podía dejar solo a Kacchan, rogaba por que no lo mataran, mis manos temblaban demasiado, sentí mi corazón explotar.
No tenia nada que sirviera -mierda!- recordé que la casa tenia varias cosas que había dejado su antiguo dueño asi que salí de ella, había una parte de la casa que estaba apartada, como un mini taller repleto de cosas viejas.
Forcé la puerta como pude y rebusque entre los rincones, herramientas oxidadas y palas, pero que podría hacer yo con esto, habría pocas posibilidades de ganar con una pala.
Quite una manta pequeña que cubría un objeto, mis ojos brillaron ante este -Una motosierra!- la alce, pesaba mucho, me hacia ralentizar mi paso a gran medida
-Ten..go que ayudar.. a Kacc..han!- salí del lugar, las hojas caídas crujían, en el camino escuche gritos, mi piel se erizo, tengo que darme prisa.
Despues de un tiempo vi cuerpos ensangrentados tirados en el piso, uno de ellos no tenia brazo, mi cuerpo tembló de miedo, trate de caminar más rápido, pedía al cielo que uno de esos cuerpos no estuviera vivo y me agarrara del pie.
-¡¡KACCHAN!!- mi respiración se detuvo, estaba tendido en el piso lleno de sangre y un hombre respiraba agitado frente a el.
Sentí algo quebrarse dentro de mi, mis lagrimas se detuvieron -DESGRACIADO!!!-
Corrí hacia el maldito, encendí la motosierra, no tuvo tiempo de reaccionar pues ya le había destruido su cráneo, hice tanta presión como pude, la motosierra paso de largo enterrándose en su espalda y bajando por ella, pude sentir sus huesos quebrarse y sus órganos estallar.
