𝓵𝓪𝔃𝓸 [Goyuu]

~𝟏2~

Al comienzo Satoru estaba cómodo y relajado en el mueble, Ser llamado por su apellido, le advirtió de manera alarmante, se había acomodado en el asiento mostrando una postura un poco más firme y agudizó de manera feroz su mirada hacia el hermano mayor de Yuuji.

Al joven alfa se le hacía chocante, que alguien que no estuviera en su clan o en la infame clase social al que pertenecía lo llamara por su apellido, le molestaba que nombraran su apellido.

— ¿De qué estás hablando? —Lo miró fijamente.

Por otro lado, Choso pudo sentir el cambio repentino de actitud de Satoru, incluso aunque ocultara su vista detrás de esos lentes oscuros, sentía esa mirada desafiante e incluso la podría describir fácilmente como cuchillos afilados que estaban listos para cortar a alguien en cualquier momento.

Él también era un alfa, pero de alguna forma Choso se sentía un poco amenazado ante la presencia del joven, ¿cómo era posible eso? Agarró con nerviosismo el vaso con la bebida y trago con lentitud, para que su acompañante no se diera cuenta.

Choso había jugado las cartas a su favor o eso creía, él fue quien estableció el lugar de la reunión por conveniencia, sabía que el chico bajaría la guardia si se trataba de la casa de los Itadori, todo por el aroma de su pequeño hermano, pero también podía despertar la parte agresiva si sentía que el pequeño omega se encontraba en peligro.

Choso no sabía bien en qué situación estaba, pero algo tenía en claro, tarde o temprano la verdad iba a salir a luz y si él podía evitar que sus hermanos no salieran lastimados o heridos por un simple malentendido, lo haría sin pensar. Este era el motivo de su cita ese día con el jefe del clan Gojo.

Al principio Choso se encontraba reacio al cuento de ficción de los destinados, pero no había duda que su hermano empezaba a actuar de manera territorial cuando se trataba del albino, Era tan claro como el cielo azul, cuando el chico no estaba presente Yuuji actuaba de manera distraída y casi opaca, su sonrisa se sentía forzada y nada real, cosa que se dio cuenta esos tres días mientras preparaba la fiesta sorpresa, después el cambio drástico del menor cuando el joven apareció, no cabía duda que sí, era un Omega, pero no cualquier Omega, sino uno dominante.

— Cuando me entere quién eras, empecé a vacilar del tu acercamiento sobre mi hermano, no te mentiré, dude mucho más que la historia, esa de los destinados — Choso desvió un poco la mirada para ver el aparador de las fotos y volvió a ver al albino— después empecé a creer que venías por mí y por mis hermanos, pero... — fue interrumpido.

— ¡OYE! ¡Oye! — el albino se había levantado repentinamente y en su cara un gesto de desaprobación estaba reflejada con un claro ceño fruncido — Sé que estoy desviado un poco, pero no ando buscando una noche de pasión explícita con tres grandes hombres — Satoru se encontraba reacio.

La cara de Choso era una obra de arte, sus ojos abiertos en par a par con la boca abierta era algo que se debía retratar.

— ¿De qué me estás hablando? — pregunto confundido.

— ¡Eso quiero saber yo! — el tono de voz de Satoru mostraba indignación — Sé que tu otro hermano, el más raro, se me andaba insinuando ayer y el otro le seguía el juego .. El único que me importa es Yuuji y siento no corresponder — Satoru cruzó los brazos y volteo un poco la cara haciendo una mueca con sus labios.

Una fuerte carcajada salió de los labios de Choso, no podía creer el gran malentendido y la novela ridícula que se había inventado el joven alfa.

— Tienes un don nato para confundir las cosas — el castaño respondió entre carcajadas.