1 - Oikawa.

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Oikawa Tooru.

- Niño son las cinco de la mañana ¿No deberías estar durmiendo? O quizas empacando para tu preparatoria.

Cerré la vieja guía de Miyagi, mis ojos ardieron levemente por estar viendo tantas letras pequeñas.

- Señora bibliotecaria ¿Le he dicho que es la segunda mujer más hermosa del planeta? - Comenté elevando la mirada, las arrugas en su rostro se suavizaron aunque al instante volvió a fruncir el ceño.

- ¿Aún no la encuentras? - Preguntó bufando por lo bajo - Niño, ya rindete ¿Quieres? Esa tal (T/N) Ushijima nunca va aparecer.

- Lo hará - Corregí - Estoy seguro ¿Puede guardarme el libro? Vendre por el en cuanto terminen las nacionales.

Antes que pudiera decir algo, la señora recogió el pesado tomo de la mesa.

- Esto no es parte de la biblioteca - Recordó - Oikawa te estoy haciendo este favor por que eres alguien agradable.

- Lo sé - Asentí apoyando el codo sobre la mesa y mi cabeza sobre la palma de mi mano - Señora si no tendría el doble de mi edad sería la pareja perfecta para mi - Molesté.

- ¡No cambies el tema mocoso! ¡Tienes que dejar de buscarla! ¿Me oyes? ¡Las mujeres no caen del cielo! Y eres atractivo aprovecha eso para salir con alguien que si exista.

Bufé haciendo un leve puchero, los primeros rayos del sol estaban apareciendo por los grandes ventanales de la biblioteca municipal, se supone que ahora estaría corriendo, aunque de una u otra manera siempre me desviaba a la biblioteca.

Incluso llevaba mi ropa deportiva y unos audífonos.

- Ella existe - Aclaré - Estoy seguro.

- Igual que ese Isa-chan.

- Iwa-chan - Corregí sonriendo - Si, ambos existen, es muy probable que él la este cuidando ahora mismo.

La bibliotecaria me miró sin entender nada, la mayor parte del tiempo repetíamos esta conversación.

- Bien - Suspiró - Vete, tienes que preparar tus cosas para las nacionales.

Asentí levantome - Gracias por llegar temprano.

- Como sea.

Sonreí haciendo una leve inclinación y sin decir nada más, caminé hasta la salida principal.

La mañana estaba siendo bastante calida, el sol estaba asomándose aunque el frío viento contrastaba con cualquier otra cosa.

Me puse mis audífonos y corrí con dirección a mi casa, una casa en la cual aún no me había acostumbrado, tenía dos padres bastante cariñosos y era hijo único, nunca me faltó nada ni sufrí de algún maltrato, sin embargo, aun extrañaba a Mei y Nana-chan.

Traté de buscarlas como a la mayoría de mis antiguos amigos, pero, sin un resultado próximo, me rendí en cuanto empecé.

Respiré el frío viento del amanecer, mi nariz estaba roja y sentía esa leve brisa fresca.

Aunque nunca me rendí en buscarla a ella, intente de todo, redes sociales, no quise publicar alguna fotografia pues no tenía nada de ella, tampoco me agradaba contratar a alguien.

Migayi no era como lo recordaba, se había expandido de una forma impresionante, ahora contaba con bastante gente.

Es por eso que pedí ayuda en la biblioteca para buscar su nombre en la guía de la ciudad, pero, siempre que pensaba estar cerca, (T/N) parecía alejarse aún más.

- ¡Llegue! - Grité abriendo la puerta principal, podía oler el delicioso olor a comida recién echa, la atmósfera en esta casa era bastante agradable aunque aún no me sentía bienvenido del todo.

𝗘𝗻 𝗘𝘀𝘁𝗮 𝗩𝗶𝗱𝗮 - 𝗢𝗶𝗸𝗮𝘄𝗮 𝗧𝗼𝗼𝗿𝘂Where stories live. Discover now