Random 3

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Estaban los pebetes en el patio esperando para entrar a sus cursos, todos fuera de sus filas amontonaditos en una esquina, y aunque hubiesen directivos esperando a que todos cierren el orto, igual se las re chupaba.

—Che, ¿Y Dan y Kevin? —Rodrigo preguntó a los demás mirando la puerta del patio.

—Se ratearon. Los vi irse de largo. —Respondió Lorena.

—Es esperable de Kevin viendo lo boludo que es, pero no esperaba que Dani le siga en la pelotudez. —Acotó Gonzalo.

—Igual, Dani podrá ser inteligente pero no un santo. —Dijo Camila antes de tomar de su Coca. Y era verdad, Daniel no entraba en el típico estereotipo del nerd que no rompe un plato, era un re sacado con ganas de joder para entretenerse cuando se lo proponía, y esta no era la excepción ni tampoco la primera vez, pero aún así lo querían y era divertido estar con él por ese motivo.

—Creo que se fueron a lo de Ignacio. —Dijo Agus ya enterada de las andanzas de sus amigos. Ignacio era el primo de Daniel, y de vez en cuando los dos iban a joderlo para no perder la costumbre.

—Bueno, si quieren a la salida vamos y los agarramos. —Sugirió Anabela, a lo que todos aceptaron. Iba a ser una tarde divertida.

Sus respectivos preceptores les pidieron por favor que cierren el ojete para poder entrar; saludaron, bla bla bla y cada quien a su prisión.

Vamos a la clase más divertida del momento, que es la de los de 6to sociales.

—Ro... Ro, ¡Ro! —Llamaba Alexandra a su amigo que estaba dos bancos adelante del suyo, quién no le daba cabida. —La re putísima concha tuya. —Murmuró.

Agarró una hoja de la carpeta y se la tiró a la nuca. Rodrigo se dió vuelta onda "¿Quién fue, giles?" sabiendo de antemano que fue la jodedora de su amiga.

—Pasame la lapicera que está abajo de tu silla, y de paso la hoja que te tiré. —Dijo lo último entre risas.

Él miró bajo su silla y agarró ambas cosas, y se las tiró a la cara. —Ahí tenés, gata puta.

Alex previendo lo que haría, se tapó con los brazos antes de que le pegase en la jeta. Agarró hojas de su carpeta y papeles del piso y se los tiró todos de una, y tapándose la cara por si el otro contraatacaba, jodía y no se la bancaba la forra.

Rodrigo la miró desafiante y arrancó como cinco hojas juntándolas y tirándoselas de una. Alto desperdicio de hojas, y después andaban pidiendo (más que nada para boludeces como estas).

Y así comenzó una guerra de papeles entre los dos pelotudos. Sus compañeros que estaban sentados en el medio de ellos se agacharon un poco para dejarlos ser bobos y que ningún bolazo les pegue a ellos.

A todo esto el profesor ni cinco de pelota al quilombo que estaban haciendo sus alumnos a pesar de que se re escuchaba. Privilegios de sentarse al fondo.

Escrito: 2018
Publicado: 7/11/21

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