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|Hypnotized — THE BOYZ|

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|Hypnotized — THE BOYZ|

Me serví un poco de café, mirando como el gato jugaba con las cortinas de la sala... la soledad que debió sentir me la puedo imaginar, hace que se me ponga el corazón como una pasa. Nadie debería sentirse solo en el universo habiendo millones de personas en el, es injusta la soledad no deseada.

El chico de ayer me acompañó a una veterinaria de veinticuatro horas para comprarle lo necesario al gatito, hablamos toda el camino de cómo se llamaría...

Vainilla, eres hermoso.—Susurré, recordando como él escogía los nombres al aire, cautivándome con la sonrisa que se le dibujaba al momento de hablar.

Besé su frente y lo dejé en su nueva cama para salir del departamento.

En la época de invierno la gente se suele sentir más solitaria puesto que a todos nos gustaría poder compartir una cama caliente con alguien que también caliente nuestro corazón y nos haga sentirnos plenos en la vida.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no vi al ciclista doblar la calle, chocando a la par. Este se enojó, recogió su bicicleta sin mirarme, se veía que iba tarde a algún sitio... había olvidado su cuaderno de notas en el suelo.

—¡Señor!—estiré las manos en el aire—¡Su billetera!—grité confundida. No sabía que se le había caído.

Grité a todo pulmón, sin éxito.

Me subí al bus y me senté en la ventana, rogando que ese percance no me hiciera llegar tarde a la primera clase. Acomodé mis cosas, recordando que tenía en la mano lo que se le había caído al tipo... No era su billetera, eran las notas de alguien que no conocía de nada, la abrí esperado encontrarme con algún indicio de quien era...

"—Recetas de cocina, dinero recaudado, dinero perdido en el mes, reglas en la cocina, recaudaciones...nombres de animales" Llegué a la última página y salía el típico "Este número pertenece a" pero la decepción llegó a mí al ver que ese campo no estaba rellenado, estaba en blanco. Suspiré, abriendo el libro otra vez para leerlo. Al final tenía recetas buenas, quizás me sacarían de algún apuro.

 Al final tenía recetas buenas, quizás me sacarían de algún apuro

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Cuando la primavera llegueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora