A touch of Malfoy || Draco Malfoy

26.

Mi cuerpo tiembla cuando salgo de la sala común, lista para ir a las audiciones.

No pensé que me importara tanto, pero aparentemente sí.

Ya estaba muy acostumbrado a todas las canciones de La Bella y la Bestia, ya que era uno de los musicales favoritos de mi madre. La tocaba constantemente, ya fuera al piano, al violín o cantando con la guitarra de mi padre.

Esos fueron algunos de mis recuerdos favoritos. Mi padre tocaba la guitarra como le cantaba mi madre. Él también cantaba a veces, y ella armonizaba maravillosamente. La pequeña yo de 3 años bailaba por la habitación, cayendo constantemente, aunque me reiría poco después.

Una débil sonrisa se formó en mi rostro mientras imaginaba este recuerdo, aunque mis pensamientos pronto fueron distraídos por una voz. Una voz que ciertamente no quería escuchar.

"¡A/T! ¡Espera!" La voz llamó, aunque la declaración solo me dio ganas de correr.

Me burlo en silencio, poniendo los ojos en blanco a pesar de que él no podría ver.

"¿Qué pasa, Malfoy?" Pregunto molesto, deseando que todo esto de los 'apellidos' inmaduros desaparezca.

"Tengo una pregunta para ti", dice claramente, como si no le hubiera gritado enojado hace un mes o así.

Frunzo el ceño y giro la cabeza lentamente para mirarlo.

"Creo que dejé claramente en claro que me importa un comino si tienes una pregunta", niego con la cabeza lentamente con leve incredulidad.

Este chico siempre me confundía, pero ahora me hablaba como si no fuera un idiota para mí. Merlín, ayúdame.

"¿Por qué estás saliendo con Potter?" Pregunta, ignorando mi molestia hacia él.

Puedo sentir sus ojos en mí, mientras mis pasos se vuelven más rápidos, con la esperanza de que se dé por vencido en mi ritmo rápido.

"¿Tengo que repetirme?" Dice más enojado, su ritmo se vuelve tan rápido como el mío.

Me burlo en voz baja, deteniéndome de repente y enfrentándolo.

"No. Pero lo que tienes que hacer es salir de mi maldito negocio." Digo con severidad, mis ojos no se atreven a romper el contacto con los suyos.

Sus habituales ojos grises pacíficos ahora estaban llenos de ira, y lo que supongo que serían celos.

"Tengo derecho a saber". Dice con severidad en respuesta, sus cejas fruncidas juntas.

Mi boca se abre con incredulidad ante esto, mi cuerpo gira y camina rápidamente una vez más.

"¿Y por que seria eso?" Pregunto con enojo, mi voz se elevó levemente.

"¡Bueno, quiero saber si me reemplazas!" Grita en respuesta, acelerando su paso para alcanzarme.

Sabía que se trataba de celos.

"¿¡Qué pasa si lo estás!? ¡Tú tomaste esa decisión por tu cuenta!" Grito enojada, sin importarme lo suficiente como para darme la vuelta para poder verlo.

No quería verlo. No quería ver la ira en su rostro. No tenía derecho a estar enojado. No tenía derecho a estar enojado o celoso de con quién salía, pero él todavía lo estaba.

"¿¡Qué quieres decir!?"

"¿Estás...?" Comienzo, aunque tartamudeo de incredulidad ante su incapacidad para admitir sus errores. "¿Te lo recuerdo?" Pregunto, finalmente girando mi cabeza para mirarlo.

No le doy tiempo para responder, aunque no estoy seguro de que supiera qué decir de todos modos.

"Con ese vestido, prácticamente lo estabas pidiendo". Me burlo de él con voz aguda, apuntando hacia arriba y hacia abajo por su cuerpo tal como lo hizo esa noche.