Capítulo 6:

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Drew POV:

No podía creerlo, quería reír en ese momento, creí que aceptaría el crédito, ya que había intuido que ella no había sido la responsable de esto. Su respuesta me sorprendió e inimaginablemente me agradó.

Caminé para llegar al lado de mis padres. Mientras mi padre hablaba con el Rey, mi madre hablaba con la Reina. Shinees estaba en la mesa de bocadillos que habían colocado junto a la que parecía ser su dama de compañía.

Me dediqué a tomar la bebida de la copa que me habían dado. No dije ni hice nada por un rato. Dejé que se tomaran su tiempo, igualmente, no tenía prisa.

-Creo que ha llegado el momento – habló el Rey parándose de su lugar – Hija, acércate por favor – la Princesa se acercó a su padre con paso lento como queriendo evitar lo inevitable.

-Hijo, ven acá – caminé hacia mi padre para colocarnos frente al Rey, a la Reina y la Princesa. Mi madre se colocó a mi lado izquierdo.

-Estamos aquí el día de hoy, agradeciendo la presencia de la familia Melborne y el haber aceptado la invitación realizando así su visita real oficial – mi mirada viajó a la Princesa quien evadía la mirada de todos con sus ojos clavados en la mano que descansaba en la mano de su padre – Pero hay un motivo especial por el cual nos hemos reunido hoy.

-Así es, delante de sus majestades y su alteza estamos en este momento mi esposa Lady Camilia Melborne – señaló a mi madre – y yo Lord Gregorio Melborne – se señaló a sí mismo – Para poder presentar a nuestro hijo, Drewilliam Gregory Melborne – me señaló orgulloso – Quien tiene algo que decir ante sus majestades y su alteza.

Esa era la señal, mi turno de hablar había llegado. Ahora nada podía impedir que Shinees se convirtiera en mi prometida y futura esposa, al abrir mi boca nada impedirá que me convierta en el futuro Rey Consorte de Costa Mein cuando ella suba al trono.

(...)

Shinees POV:

Sentía el aire fresco en mi rostro refrescándome mientras los ligeros rayos de sol me golpeaban dándome una sensación de calidez, me sentía relajada por el ligero balanceo del columpio que se encontraba atado a una de las ramas de un gran y hermoso roble en mi "jardín secreto" en donde había diferentes flores que amaba y cuidaba yo misma junto a Lily. Este lugar mis padres me lo habían otorgado ya que de pequeña amaba jugar aquí.

Sigo sin apartar la atención por nada del brillante y hermoso anillo de compromiso de oro con un diamante rosa seguido de dos pequeñas hileras de diamantitos lilas a los costados del diamante central. Suspiré sintiendo el mismo peso sobre mis hombros que sentí desde el momento en el que dije que sí.

Mamá me había dicho que debía sentirme dichosa de casarme con Drewilliam Melborne, que debía sentirme privilegiada de que me casaría y viviría al lado de un muchacho apuesto, caballeroso y honorable. Sí, puede que sea apuesto, no lo niego, pero no lo conozco lo suficiente como para decir si realmente es todo un caballero honorable o si en realidad es todo un farsante.

Suspiré de nuevo bajando mi mano y ahora sí, apartando mi mirada de tan preciosa, pero así mismo, vacía joya.

-Vamos Shinees, no te desanimes, podrás conocerlo más dentro de poco tiempo – trató de animarme Lily mientras regaba las plantas con nuestra habitual regadera, ella y yo habíamos tomado la decisión de venir a mi jardín para cuidar de las flores, pero yo estaba más ensimismada que concentrada en la tarea.

-Sé que podré conocerlo, Lily, pero ¿quién me asegura que será el chico de mis sueños? – pregunté angustiada – Y si no resulta serlo... sin importar cómo sea o quién sea, deberé casarme con él, no tengo elección – me quejé comenzando a frustrarme – Deberé dar el "sí quiero" mientras me ato a alguien de por vida y sentiré este horrible peso que siento por el resto de ella – Lily suspiró y me vio con compasión y pena, no quería ver más esa expresión en ella por lo que opté en levantar mi vista al cielo y recibir el aire fresco.

El Corazón de Una Princesa (Libro 1) COMPLETAWhere stories live. Discover now